Vecinos indignados comparan al lago con un ‘pantano nauseabundo’ y exigen respuestas a las autoridades de gobierno

Desde hace unos días, el embalse del lago San Roque presenta un aspecto por demás desagradable: con la superficie de color verde y manchas azuladas. Las algas se acumulan, sobre todo, en la desembocadura del río San Antonio, entre los puentes Zilli y Carena, y también en el arroyo Los Chorrillos. A esto se agrega el olor nauseabundo que comenzó a emanar al entrar las algas en estado de putrefacción.

Los barrios más afectados, por su cercanía con la problemática, son Los Manantiales, Villa del Lago y el mismo centro de la ciudad.

Esta situación provocó que vecinos se autoconvocaran para reclamar soluciones urgentes tanto al gobierno municipal como al provincial.

La protesta se materializó este sábado a media mañana. A las 10, los manifestantes, con barbijos, máscaras y cacerolas, se concentraron en el puente Zilli y desde allí marcharon por Asunción y 9 de Julio hasta llegar a la esquina más céntrica de Carlos Paz (General Paz y San Martín). Los carteles y los cánticos contra las autoridades dejaron ver la indignación por el estado del espejo de agua, al que compararon directamente con un ‘pantano nauseabundo’.

Fue la primera medida de otras que seguirán en los próximos días, según confirmaron los vecinos.

 

Degradación de la cuenca

Desde la ONG Amigos del Río San Antonio (Adarsa) indicaron que se evidencia una creciente proliferación de algas y cianobacterias en las aguas, producto de la degradación de toda la cuenca que abastece al lago San Roque.

“El vertido directo o indirecto de más del 70% de los líquidos cloacales de los habitantes del Valle de Punilla (fuente de nitrógeno y fósforo que generan la proliferación de algas y cianobacterias), sumado a los desmontes, incendios y sobrepastoreo que erosionan los suelos e incrementan el depósito de los mismos en los cursos de agua, son las principales causas de este lamentable fenómeno”, expresaron los ambientalistas.

 

Presencia de la provincia

La Patrulla del Río dependiente de la secretaría de Recursos Hídricos del gobierno de la provincia comenzó el viernes pasado con una serie de trabajos tendientes a mitigar la situación del San Roque, el río San Antonio y el arroyo Los Chorrillos.

Las tareas se iniciaron en Villa del Lago, uno de los sectores más comprometidos ya que Los Chorrillos provee de agua a los vecinos del sector.

Los trabajos consisten en amontonar las algas con una red para sacarlas con una bomba y meterlas dentro de un contenedor.

Desde el municipio de Villa Carlos Paz, en tanto, aseguraron que, “estamos colaborando y gestionando en todo lo relacionado a la resolución de esta problemática”.

 

Un ciclo que se repite todos los años

Sin minimizar la gravedad de la situación, el ingeniero en Recursos Hídricos, Juan Carlos Sola (gerente de Planificación de Obras y Servicios de la Coopi), explicó a VillaNos Radio 100.7 que lo que está sucediendo está directamente relacionado con el proceso de eutrofización avanzado que padece el embalse.

“El ciclo biológico se repite todos los años. No es una sorpresa que ocurra y, lamentablemente seguirá ocurriendo”, expresó Sola y precisó que las algas que proliferan en el lago corresponden a la familia de las cianobacterias. Su color verde responde al proceso de fotosíntesis que realizan cuando están vivas, pero cuando mueren -a raíz de la falta de oxígeno-, toman color celeste.

“Nuestro lago presenta un proceso de eutrofización avanzado”, remarcó y recordó que este fenómeno se da en los embalses artificiales, tal como lo es el San Roque. “En cierto modo, la naturaleza se está resistiendo a ser manoseada”, dijo.

“Cuando se construyó el dique San Roque no se hicieron lo estudios de impacto ambiental que hoy hacemos para ver como minimizar estas situaciones. No obstante, se pueden resolver. Uno puede viajar por lagos artificiales de otros países donde esta problemática se ha resuelto. Hay que oxigenar, hay que romper el fenómeno de estratificación térmica, hay que cortar el aporte de nutrientes. Hay que trabajar en un plan de corto, mediano y largo plazo”, subrayó.

A la hora de hablar de las causas de este proceso, el profesional se refirió al aporte de nutrientes provenientes tanto de la cuenca rural como de los efluentes urbanos. Sobre los efluentes rurales, dijo que suele minimizarse su importancia, pero su impacto no es menor.

“Hace una década hicimos mediciones de la cantidad de fósforo que ingresa al lago y el 50% provenía de aguas arriba a Cuesta Blanca. Eso indica que si no resolvemos el problema rural, por más que construyamos cloacas en distintos puntos, no vamos a resolver el problema”, detalló.

Y describió que el saneamiento rural implica limitar el pastoreo, evitar incendios, minería a cielo abierto y basurales sin un adecuado proceso de tratamiento.

En cuanto a la segunda causa de la proliferación de estas algas (los efluentes urbanos), Sola dijo que “algo se ha hecho” en el tratamiento de los desechos cloacales. Y precisó: “Actualmente se está depurando un 50% aproximadamente de los efluentes cloacales de la Cuenca Norte (La Falda, Giardino, Huerta Grande y Valle Hermoso).

En el caso de Villa Carlos Paz, a pesar de que tenemos un 35% de la red de cloacas construida, se trata un 50% de los efluentes, porque cubrimos al sector más densamente poblado.

Hasta que no cortemos los efluentes del ámbito rural y urbano, el problema se repetirá y cada vez con mayor intensidad”, insistió y especificó que la desembocadura de los ríos es donde se acumula la mayor cantidad de algas porque allí queda la mayor cantidad de sedimentos.

“Allí está la mayor cantidad de nutrientes”, enfatizó.

Con el estado de putrefacción de las algas, el ingeniero advirtió que lo más probable es que empiecen a aparecer peces muertos. “Los peces no tienen oxígeno. Además, estas algas son toxicas”, alertó.

Sola remarcó que la causa de fondo es el aporte de nutrientes tanto de origen rural como el de origen urbano que derivan en el lago San Roque. “Si no se resuelven esas causas de fondos, este fenómeno se seguirá repitiendo “, aseguró.

En cuanto a las medidas de corto plazo, dijo que con mangueras flotantes se podrían retirar las algas que están flotando en la capa superficial. “Se pueden retirar hasta las costas y succionarlas con camiones atmosféricos y transportarlas hasta un lugar adecuado o dejarlas que se sequen en la costa del lago”, sostuvo aunque volvió a remarcar que, “las condiciones están dadas para que cianobacterias se sigan reproduciendo. Si se las retira, volverán a regenerarse”.

La otra posibilidad es la llegada de una creciente que arrastre las algas. “Está claro que no es una solución, pero para el centro de la ciudad sería beneficioso”, dijo.

 

Nota correspondiente a la edición n° 458 del semanario La Jornada, del 26 de marzo de 2017.

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