Rubén García: “El automovilismo me dio la posibilidad de conocer el mundo”

Por Francisco “Pancho” Ciarez

Rubén García (1)El navegante carlospacense ha sido uno de los deportistas más destacados del año. Se consagró bicampeón del Rally Argentino junto a su piloto más fiel, Marcos Ligato, y como si fuera poco corrió dos campeonatos fuera del país: el rally chileno (campeón) y el paraguayo. La actividad que comenzó por el mes de enero disputando su quinto Dakar, ahora lo tiene en vilo por su sexta vez en la “carrera más difícil del mundo” en unas semanas.

El “Doctor” Rubén García tiene como pasión el automovilismo. Ha corrido en diferentes localidades, ha cruzado fronteras y océanos para descifrar hojas de rutas que le permiten competir en los más difíciles e inhóspitos lugares. Esto lo convierte en uno de los navegantes más experimentados y reconocidos a nivel nacional.

Su tierra natal es Salta, pero Villa Carlos Paz lo acunó desde muy chico y nunca más se fue y ahora es un vecino más de la ciudad.

Es abogado de profesión pero los autos siempre fueron su fuego interno. Comenzó en el mundo automovilístico como periodista deportivo siguiendo el rally para la radio “Propaladora”, después hizo camino por Radio Carlos Paz y llegó a la radiofonía de la capital cordobesa. Un día por su incertidumbre y curiosidad, se acercó al taller de “Rudy” Trossero y su vida cambio totalmente. Una cosa llevó a la otra e hizo el curso de navegante. Al finalizarlo automáticamente lo llamaron para ocupar una butaca.

Su debut se dio en el 88´. El Rally de Berrotarán daba a luz a García como navegante y junto a Oscar Civalero (arriba de un Fiat 600) corrió el certamen zonal. Luego llegarían sus primeros pasos en el Argentino en el 90` junto a Gerardo Klus en el “9º Rally Día de la Bandera” de Villa María donde ganaron la Clase Uno con un Fiat 147.

Navegó a pilotos importantes y prestigiosos como Gerardo Klus, Fernando Scarlatta, Marcos Ligato, Gonzalo Barceló, Roberto Sánchez, Víctor Sánchez, Ramón Ferreyros, Nicolás Fuchs, Luciano Bernardi, Eliseo Salazar y Juan Manuel “Pato” Silva.

Ligato y Garcia 1Con Marcos Ligato hay una historia especial, un capítulo aparte. El piloto de Río Ceballos y el “Petiso” García tienen una amistad especial desde aquel año en el Rally Sprint de Villa Carlos Paz el 20 de diciembre del 97`, terminando segundos en la Clase A/7 y que actualmente se conserva (con 18 años de carreras juntos) reafirmándose con los campeonatos argentinos obtenidos en las últimas dos temporadas.

En el Rally Argentino se consagró campeón cuatro veces. En el 1992 junto con Fernando Scarlatta (Fiat 147) y tres veces con Ligato, una en la Clase N/4 del año 2005 en un Subaru Impreza WRX y los dos últimos en un Maxi Rally (Chevrolet Agile MR).

Dakar, bicampeón argentino, campeón en el Rally Mobil Chileno y participación en el Rally de Paraguay. Sin tiempo para descansar, en pocas semanas el almanaque vuelve a empezar con el Rally Dakar Argentina-Bolivia 2016.

Además de las carreras, el elegido como el “Deportista del año” en el 2012 realizó este año el 7º curso solidario de navegantes recaudando fondos para donar al Grupo Despertar de Carlos Paz y a los talleres culturales y recreativos de barrio San Jorge de La Falda.

Rubén García es, como se dice en el barrio, un “tipazo”. Hombre de un corazón enorme y en esta oportunidad, nos cuenta con lujos y detalles su hoja de ruta en esta carrera llamada “vida”, que sin lugar a dudas es una de las historias más atrapantes y emocionantes dentro del deporte local.

 

– Tuviste un año muy positivo y cargado de actividades…

– Sí, fue muy bueno. Empezó en enero con el Dakar que lo pudimos terminar. Es una oración cortita y fácil decir “terminamos”, pero que implica muchas cosas. La verdad que fue un buen resultado, aunque quizás no fue lo que nosotros esperábamos que era repetir el 30° lugar del año pasado. Este año teníamos un auto nuevo, un buggy que tuvo algunos problemas, retrasándonos un poco pero terminando 44°, que fue importante.

Después arrancó el campeonato argentino y chileno, corrí el paraguayo, hice algunas carreras del provincial. Fui a correr la “Baja Portugal” en octubre para probar la camioneta donde vamos a correr en el próximo Dakar.

Básicamente fue un año de mucho trabajo gracias a Dios, un poco cansador porque el ritmo de carrera fue muy grande. Había mucha presión de los pilotos porque se estaban definiendo los campeones, entonces había un clima de mucho estrés. No tanto acá en Argentina, porque Marcos (Ligato) tiene muchísima experiencia en campeonatos mundiales y demás, es increíble pero está siempre igual. Nunca se encuentra nervioso, quizás sí un poco más serio, pero en los otros torneos de Chile y Paraguay había clima de nerviosismo en las últimas carreras.

Estoy muy contento y agradezco tener tanto trabajo y hacer esto que es tan lindo.

 

– ¿Cómo tomaste el bicampeonato argentino?

– Siempre digo que de todos los trabajos, sin dudas el Nacional es el más importante, por el compromiso con el equipo, por la cantidad de veces y años que corremos con Marcos, pero sobre todo por el nivel de piloto que es.

La competencia es muy elevada, una de las más importantes de América.

Pudimos ganar carreras que nos esquivaban a veces. Ganamos seis carreras con muchos tramos, muchas etapas, pero eso no hubiera sido posible sin el equipo. El equipo está de una forma increíble, pocos autos, pero muy metidos todos en el trabajo de todos los días.

 

– Lo viste nacer al “Tango Rally Team”…

– El “Tango Rally Team” empezó en diciembre de 2005. Nosotros salimos campeones argentinos con Marcos. Ese año corrimos el Nacional y el Mundial y a mitad del año imaginaba tener un equipo propio. Más allá que nos estaba yendo muy bien donde estábamos, salimos campeones, pero quería tener su propio equipo y en diciembre empezó el “Tango”. Corríamos el Mundial, Sudamericano, Nacional, fue una locura (risas).

En el Mundial nos fue muy bien, quizás no tuvo tanto reconocimiento, pero era algo novedoso que un equipo cordobés corra el campeonato del mundo con tres autos. No tuvo las repercusiones que tendría que haber tenido por ir a competir contra equipos internacionales.

Apareció la era de los Maxi Rally, se sumaron dos ingenieros franceses. Uno que lo conocíamos mucho porque éramos rivales en el Mundial. Él estaba a cargo de Renault y nosotros corríamos en Fiat, pero siempre fuimos amigos, se vino a vivir a Argentina y se hizo cargo del proyecto. Tuvimos que tener más paciencia que los otros equipos por la forma de trabajar, pero los resultados están a la vista.

 

– ¿Cómo llegás a Carlos Paz?

Rubén García (2)– La ciudad adoptó me a mí y a mi familia. Era muy chico y mi papá y mi mamá tenían un negocio de gastronomía. Hace muchos años acá se puso una carpa, que se llamaba “La Carpa de Salta”, donde estaba el Hotel “El Alfil”, ahora “Estancia El Alto”.

Como todo el mundo, quedamos encantados con Carlos Paz y al otro año vinimos a vivir. Y ya me hice de acá, son muchos más los años vividos acá. A Salta voy muy poco. Suelo pasar para el Dakar o los campeonatos argentinos de rally. Son tantas carreras y viajes que hace tiempo que no doy una vuelta por allá, pero soy de Carlos Paz.

Tengo una anécdota que me sucedía cada vez que volvía de los viajes y mi señora me preguntaba cómo me había ido, en qué lugares estuve, pero cuando entrabamos en la bajada de ‘El Cajón’, hacía un silencio y decía “Uhhh…Carlos Paz que lindo”. Ella siempre me recriminaba que cómo iba a decir eso viniendo de otros lados del mundo, pero te soy sincero y te digo la verdad… como esta ciudad no hay en ninguna otra parte.

 

– ¿Cuándo comienza esta historia en el automovilismo?

– Hace muchos años viajaba con una radio a cubrir el rally. En un momento fui periodista, trabaje para lo que era en ese entonces la “Radio Propaladora”, Radio Carlos Paz de Tito Vila, después pase a la de Chaín, en Córdoba para un programa que se llamaba “A fondo” en LV2, LV3 pero ahí ya corría.

Y un día estaba en la esquina de casa, nosotros vivíamos en el Cu-Cú. Donde sigue estando la estación de servicio, atrás estaba el taller donde armaban el 128 de rally “Rudy” Trossero. Así que era el chiquito que estaba todo el día atrás del auto. Me mandaban a comprar los criollitos, la yerba. Fui a un par de carreras con ellos. No sabía hacer nada, limpiar los vidrios creo que lo único que podía hacer (risas). A fin de año hice un curso de navegantes en Córdoba con todas las estrellas de ese momento del rally y cuando terminó el curso automáticamente me llamaron para correr en un Fiat 600 y nunca más paré.

Tuve la suerte de recorrer la provincia, el país, gran parte de distintos continentes gracias a las carreras. El automovilismo me dio la posibilidad de conocer el mundo.

 

– ¿Ser piloto nunca se te cruzó por la cabeza?

– Nunca tuve la posibilidad económica, pero si la hubiera tenido no lo hubiera hecho. Veo lo que hacen y es imposible. Cuando ves que hacen una maniobra en quinta o sexta, vos decís es imposible hacerlo.

 

– ¿Cuál fue el saldo final del curso de navegantes de este año?

– Estuvo bueno. Vino mucha gente. Lo hicimos en el Parque Temático, fue un solo día. Hablando con casi todos los que vinieron estaban muy contentos.

El jueves fuimos a pagar la pileta para el “Grupo Despertar” de “Vero” Monella con la parte que nos toca en Carlos Paz. Se portaron muy bien en la pileta y en vez de un solo día por semana conseguimos que puedan ir dos veces por semana el año que viene. Los padres van a tener que ayudar un poco ahí pero hemos cubierto la mayoría del saldo.

A los talleres culturales y recreativos de barrio San Jorge de La Falda, le llevamos mucho más que el año pasado. Nos fue muy bien económicamente y lo donamos todo a Carlos Paz y a La Falda. La Asociación de Rally nos dio una mano, Omar Pascualini encargado del circuito se portó diez puntos, los chicos de un club de Fiat Punto, los “Amigos por el Rally”.

Todos los navegantes, como es solidario, se suman todos. La verdad que está bueno. Los de ACRyR (Asociación Cordobesa de Regularidad y Rally) arman un tramo como si hubiera sido uno mundial, con la célula, los relojes, las tarjetas, nos trajeron todos los libros ruta del mundial así que se lo regalamos a los chicos. Estaban felices.

Con un poquito que cada uno dé su granito de arena se pueden hacer grandes acciones. A veces pienso que con toda la plata que se malgasta en otras cosas, se podría invertir en otro lado y ayudar a la misma vez.

 

– Palpitando el Dakar. Será tu sexta participación…

– Sí, es el sexto y estamos un poco más tranquilos. Siempre hay sorpresas, etapas más difíciles, hay cinco días que son muy duros. El piloto es el mismo de los últimos años, Marcos Bulacia de Bolivia. Este año compró una Toyota Hilux del equipo South Racing, un equipo muy grande e importante. La camioneta es la que corrió el año pasado Nazareno López.

Hay una expectativa muy grande en Bolivia por cómo puede andar. Va a ser un Dakar diferente porque estamos en un equipo grande, vamos a tener la vida de los “top ten” durante esos quince días. Con todo el apoyo del equipo atrás será muy diferente. La idea es pasar el 30º y hacer buenas etapas.

 

– Es una carrera muy exigente. ¿Se termina disfrutando del todo la competencia?

– Se disfruta cuando terminás. Es muy lindo terminar el Dakar. No es la medallita que te dan que es una cosa chiquita, es mucho más. Le ganaste a la carrera.

Es difícil explicar los estados de ánimos que pasas durante la carrera, es imposible explicarlo. Te dan ganas de llorar, pero de verdad, te sentís bien y otros días no querés correr. Los tramos son de ocho horas por día arriba de una camioneta con otra persona, es imposible decirlo, creo que si algún corredor pudiera plasmarlo en un libro sería increíble.

Es la primera vez que nos toca un equipo grande, vamos a ver cómo es estar de ese lado. Porque hay dos Dakar. Dos carreras totalmente diferentes, si bien son las mismas, están los primeros 10 que son los grandes equipos, el que larga 30º que encuentra el camino muy bueno, el 50º no ve nada por la tierra, el 80º no puede pasar por la huella que le dejaron los camiones y se queda varado. Entonces en la misma carrera tiene dos o tres modos de correr diferente.

Un día te toca largar desde atrás y no llegas a las dos de la tarde, llegas a la ocho de la noche y al otro día lo mismo. Esperemos llegar siempre a las dos de la tarde.

 

Nota correspondiente a la edición n° 397 del semanario La Jornada, del 13 de diciembre de 2015.

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