Por Hernán Ibar
Luego de tener su debut en la Liga Cordobesa de Futsal, el Club de Pesca comienza a cerrar un año histórico en la categoría.
La Primera División culminó una destacada actuación en el certamen donde estuvo muy cerca de meterse en los playoffs.
Más allá de esto, los auriverdes jugaron de igual a igual ante los equipos con mayor experiencia de la divisional, consiguiendo excelentes resultados, como los triunfos frente a Juventus, Noar Macabi, o el valioso empate ante Racing…
Tras pasar por Sportivo Rivadavia, Rodrigo Bordolini desembarcó en el Zisman-Germanetto. El Club de Pesca junto al Futsal esperaban por la joyita carlospacense.
Con el correr de los partidos, el ex San Nicolás se convirtió en una de las figuras que tiene el plantel Superior, y hoy es uno de los referentes del conjunto que dirige Hernán Baggini.
Un año que no será igual a los demás. Si bien siguió jugando a la pelota, esta vez fue con otra disciplina que está dando sus primeros pasos en Villa Carlos Paz.
Pero además, “Rodri” se da el gusto también de ser entrenador de mujeres, cumpliendo dos años bajo el mando de Las Panteras.
Y cómo no iba a ser amante de la pelota, si es hijo del “Beto” Bordolini, ex jugador y hoy actual entrenador de Independiente de Playas de Oro.
Siempre acompañando a su papá desde sus comienzos… cómo olvidar aquella mascota que salía a la cancha, hasta hoy ser jugador de Primera, en su paso por Atlético, el Sala, o el mismo San Nicolás en la Liga de Punilla.
Una familia apasionada por el deporte. Él y su hermano Nicolás han heredado la magia del gran “Beto”, y hoy se dan el gusto de poder compartir el “fulbito” de los martes y jueves con su ídolo.
Siempre bancando en las decisiones, también aparece otra actriz fundamental en esta película, su mamá, Carina, que los acompaña en este camino que han elegido desarrollar dentro del campo de juego.
Con tan solo 26 años, Rodrigo sigue más entusiasmado que nunca. Tras tener un día largo de trabajo, prepara su bolso, agarra su moto y parte rumbo al centro carlospacense para llegar al Club de Pesca donde entrenan por la noche. No importa si hace calor o frío, el amor por el fútbol puede más.
Con un futuro que promete y alienta, Bordolini quiere seguir haciendo de las suyas en el futsal cordobés para tratar de llevar a Pesca lo más alto posible…
– ¿Qué conclusiones pudieron sacar de lo que fue la temporada?
– Más allá de no haber clasificado a los playoffs fue un año muy positivo con el Futsal de Pesca. En cuanto a lo que se logró, el progreso que hubo de la primera etapa a este final, un crecimiento importante del equipo, hay que tener en cuenta que es el primer año que participamos de la liga. Es un juego difícil de adaptarse, tácticamente los movimientos también son complicados, pero creo que lo estuvimos haciendo bastante bien en la segunda etapa y con ganas de seguir creciendo para el año que viene.
– ¿Cómo nació esta oportunidad de comenzar a jugar Futsal?
– Justamente el año pasado había estado en Sportivo Rivadavia, con muchas lesiones y por eso mismo no pude sumar muchos minutos. Este año no sabía mucho qué iba a hacer, hasta que mi papá me comentó la posibilidad de que se estaba jugando Futsal en Carlos Paz y dio la casualidad que conozco a Hernán (Baggini), hable con él, le pregunté si me podía sumar y ahí arranqué.
– ¿Con qué Liga Cordobesa de Futsal se han encontrado en su primera temporada?
– Es una liga que está en crecimiento. Con respecto a otros lugares, por ahí en Buenos Aires tienen tres categorías, casi 20 equipos por división, acá solamente hay 10 equipos, y habitualmente hay dos o tres que suelen dominar, como Talleres y Racing pero es un juego que cualquiera le puede ganar a cualquiera, eso es muy lindo, competitivo, motiva mucho, aunque falta para estar a la altura de los mejores del país.
– ¿Qué tipo de juego es el Futsal?
– Tiene sus diferencias tácticas con respecto a lo que es el fútbol, hay que tener en cuenta que al ser cuatro jugadores y el arquero, la pelota la tenés constantemente, hay que moverse mucho, buscar espacios y marcar también. Por ahí en cancha grande te permitís relajarte en algún momento pero en este caso hay que estar enchufado todo el partido. Necesitás salir porque es imposible mantener el ritmo los cuarenta minutos de juego.
– ¿Cómo nació tu amor por el fútbol?
– Desde muy chico, ya de salir de mascota en la Primera del Club cuando dirigía mi papá, pasé por escuelitas, inferiores a los seis, siete años, después llegué a jugar en Primera en el Atlético Carlos Paz, luego un tiempo dejé de jugar para retomar en la Liga de Punilla junto al San Nicolás, también hice dos años en Rivadavia y ahora llegué a Pesca con esta oportunidad del Futsal.
– Además también teniendo tu experiencia como entrenador de Inferiores y Femenino…
– Sí. Hace dos o tres años tuvimos la oportunidad de dirigir con mi papá al Atlético en inferiores, fue una hermosa experiencia que ojalá se pueda repetir. Actualmente trabajo en una escuelita de fútbol ya hace cuatro años, y también un equipo femenino que ya tiene dos años.
– ¿Cuánto aprendiste de tu papá a lo largo de tu carrera futbolística y también como DT?
– Muchísimo, porque más allá de verlo jugar, tuve la suerte de tenerlo como técnico. Yo siempre dije que es un jugador terrible, creo que tanto mi hermano como yo coincidimos en eso, así que se aprende mucho. Por ahí voy a jugar con él en la semana para seguirlo disfrutando un tiempo más.
– Termina la temporada, ¿se han cumplido los objetivos en el 2016?
– Sí, seguro, ahora en vísperas al año que viene tenemos que apuntar a pelear lo más arriba que se pueda. Creo que sumando algunos refuerzos vamos a andar muy bien. En Carlos Paz hay altísimo nivel de jugadores que por ahí por desconocimiento no se animaban mucho a incursionar en el futsal pero yo creo que si reforzamos el equipo podemos pelear arriba tranquilamente.
Nota correspondiente a la edición n° 442 del semanario La Jornada, del 13 de noviembre de 2016.
