“De música ligera” (Nudo Vial Cu-Cú – Villa Carlos Paz – Primavera 2018)

El nudo vial del Cu-Cú es un problema sin solución desde tiempos lejanos. Casi digo inmemoriales… pero sonaría exagerado.

Me distrae, entre el ruido de fondo citadino… una melodía similar a un corte de “Lobo suelo… cordero atado” de los Redonditos de Ricota.

Cruzar, girar, entrar al centro, ir para Villa del Lago, bajar de la Biblioteca, parar en la Gomería Pacher, ir a Cosquín… tomarse un cafecito en La Quinta… ver salir al Cu-Cú…

Es uno de los rincones de la ciudad más complicados, a pesar de que Caminos de las Sierras debería haberlo resuelto ya.

De todos modos, el rojo carmín del semáforo me da esos 30 segundos de pausa en tránsito, para esta postal urbana musical.

El músico popular, con el fuelle en la barriga, avanza contra la marea de autos. Lo que para el tránsito (y para mí) es un nudo… para el acordeonista es una oportunidad. La vida es una moneda… aunque ya no valgan nada.

De fondo visual: un reloj alemán y un templo del arquitecto Roca. Antes estaba El Farol de los Gauchos, la Pista Arco Iris… el cheto boliche Nautique de Quaranta… la Shell, el puente peatonal que nunca fue… y tantas cosas más.

No escucho bien la melodía, debo confesarlo. Debe ser música ligera, porque el tránsito lo es… y el verde boteia me avisa que me apure.

Click… click.

Embrague… primera… giro natural a la izquierda… rumbo a casa.

No hay nada mejor que casa.

Se la debo, Maestro.

Nota correspondiente a la edición n° 536 del periódico La Jornada, del 26 de diciembre de 2018.

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