“A 1000 autos” (Alvear y Moreno – Villa Carlos Paz – Invierno de 2018)
NO hay marketinero por estos días que pueda superar a este personaje tan querido de mi Villa a la hora de ponerle un nombre a su negocio:
“A MIL CAR REMISES”
Y si… Amilcar Alejandro Salgado Terzi, el Gordo Amilcar, vino al mundo sobre ruedas… y su vida es un viaje permanente.
Tiene más de 50 años de carlospazonzo, padre de El Guille y abuelo de La Martina de apenas 1 añito, y “compa de ruta” eterno de La Clarita, conoce las calles como… como “la palma de su mano” (aunque esa es una bolufrase porque yo no sabría dibujar la mía).
Fundó la remisería AMILCAR hace ya 25años… pero la cosa con los fierros viene de antes. Viene de La Secu… en el Glorioso IES (S).
Cuenta su biógrafa, la filósofa contemporánea Roxana Giomi (alias Elvira) que este simpático personaje ya era en esos tiempos de villa apacible y de tránsito cansino (casi digo lento), en los lejanos 80s., el encargado de llevar y traer a “chicas y muchachos”, como en la canción almendrada del Flaco Spinetta.
– Pero claro, antes Amilcar nos llevaba gratis. –Dice la segunda de las cuatro Giomis levantando su vista de una pieza vitrofusionada. – Ahora “A MIL CAR” nos factura sin piedad !!!
El recordado Gordo Varela, conocido empresario del taxi le vislumbró a Amilcar un fututo sobre ruedas:
– Vos me vas a sacar todos los clientes porque te conoce todo el mundo. –Le dijo un gordito al otro, como pasándole el mandato.
Cuando la remisería A MIL CAR nació, esta villa estaba en otra escala, en otra dimensión. Mandaba el Turco innombrable y su banda en el país, el dólar valía un peso, la nafta todavía tenía plomo, los autos eran más fáciles de reconocer por sus marcas, por sus modelos: los Fiat tenían cara de Fiat… los Renol pinta de Renol… y los Peuyot cara de León, no como ahora que son todos iguales. Acá y en la provincia (la Isla del Pocho) mandaban los radicales (el segundo apellido de Amilcar es Terzi, y eso venía con la boleta 3 pegada en la frente) y había muchas calles de tierra aun. La costanera era un asco, y la mayoría de los clubes le daba la espalda al lago. Los edificios de altura se contaban con una mano y la montaña ya empezaba a ser invadida por calles y casas.
1993… 25 giros al sol… miles de kilómetros por las callecitas de la villa… 2018.
– Foto Amilcar ?!?
– Dale Luisito, acá apoyado en el autito.
Click… click…
Como la charla se da en la calle, frente a la Coopi, tras pagar algún servicio en sus cajas, es inevitable tratar los temas cotidianos… como la nafta (ahora sin plomo)… el dólar (ahora ya no vale un peso, vale 40)… hasta que le pregunto a quemarropa:
– Amilcar…le tenés miedo al Uber ?!!?
La respuesta me la tapa un Sarmiento que pasa a todo vapor a nuestro lado, y una moto con el escape suelto. Mejor así, tampoco entiendo mucho ese sistema tan milenial… pero lo que le escucho al final lo percibo bien clarito:
– Son 25 años brindando un servicio de confianza a los vecinos. Eso me llena de satisfacción porque uno tiene un nombre ya, aunque la ciudad se puso grande. Lo loco es que hay días que me llaman más a mi celu para pedir un auto que a la central. –Remata oscilando entre resignado y orgulloso.
Lo veo subirse al auto, saludando al enésimo carlospazonzo que nos ve durante nuestra breve charla de vereda (como La Tota y la Porota), ponerse el cinturón y bajar el vidrio para despedirme.
A modo de chiste, cuando la ventanilla ya toco fondo, le digo:
– Mandame un coche a calle Yrigoyen 88, Amilcar!!! Cuánto tarda maso ?!?
– Tengo una demorita de 15 minutos…pero te mando al mejor, Luisito… voy Yo: A MIL CAR !!!
-Y daaaleeee!!!
…
El Gordo Amilcar, un personaje de la Villa… digo mejor: un personaje de las callecitas de mi Villa
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Nota correspondiente a la edición n° 530 del semanario La Jornada, del 03 de setiembre de 2018.
