27 de agosto de 1990: Stevie Ray Vaughan murió en un accidente de helicóptero en East Troy, WI camino a Chicago cuando la nave colisionó con una pista de esquí. Tenía 35 años.

A finales de los 80’ albergaba mi incertidumbre como ser en el plano terrenal y su relación con el subsistir el día a día mientras gastaba mi tiempo en largas caminatas por el barrio de Santa Monica, me movía entre la Washington Blvd y Lincoln Blvd, para el lado que tomara, siempre algo me asombraba, pero a decir la verdad nunca había tomado la W. Washington Blvd hasta el fondo, hasta la arena, hasta el océano, hasta la zona cheta de Marina del Rey.

Una hermosa noche de noviembre, con unos amigos que me vienen a visitar, rumbeamos para esos lares.

Entramos al azar en cualquier pub de la promenade, todos ofrecían billares, TV gigantes, cervezas, hamburguesas y pizza, chicas ligeras de ropa y por supuesto alguna bandita tocando.

En la que entramos, la banda estaba on fire, el stage: a tu mano izquierda apenas entrabas al bar, al frente los billares y al fondo la barra y las mesas.

Se escuchaba un tremendo blues con mucho sentimiento y volumen tipo 8-9 (top 10), el cantante de sombrero y gritando exigiendo ser escuchado.

Elegimos la última mesa del fondo porque queríamos charlar, pero debo confesar que me distraía la música, no había forma de concentrarme y engancharme en los diálogos. Solo recuerdo esa banda, ese sentimiento, esa onda y la guitarra al palo que no paraba de escupir notas y gritos.

Cuando llegó la hora de la repartija y los despidos, me aparto y me voy para el escenario, estaba hipnotizado por esa magia, por ese ritual, por la orquesta (diría mi abuela ), todos mis amigos se van… me quedo con los codos en el stage y transpiro con ellos, no conocía ningún tema, no habían hecho ningún cover… ¿quién carajo eran que tocaban blues en un bar un día de semana y no tocaban nada de Howlin¨Wolf, T-Bone Walker o un clásico de Albert King?

Miro alrededor para ver qué banda era, quiero preguntar a alguien pero cada uno estaba en la suya, alcanzo a leer un afiche con la programación de la semana y en ese día el turno era de Stevie Ray Vaughan and Double Trouble.

Así descubrí al maestro, a su música y a su historia.

Lord Have Mercy.

 

Nota correspondiente a la edición n° 529 del semanario La Jornada, del 27 de agosto de 2018.

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here