La ‘Gestión Comunitaria’ le asestó otro cachetazo a la democracia: ahora ni siquiera quiere debatir en el Concejo

La autodenominada ‘Gestión Comunitaria’ no para de sorprender. Para mal.

Al sostenido avance contra la participación y el control de la ciudadanía, le suma sistemáticamente acciones que van en contra de la transparencia y el diálogo que tanto pregona el espacio Carlos Paz Unido, conducido en lo formal por el intendente Daniel Gómez Gesteira, y en lo político por el exmandatario, Esteban Avilés.

El ejemplo más categórico de este comportamiento es el bloque oficialista del Concejo de Representantes.

Bajo la presidencia de Soledad Zacarías no sólo se la pasan descalificando las opiniones y las propuestas de los ediles de la minoría, si no que directamente niegan información sobre los más diversos temas, y ahora tampoco quieren discutir en el recinto.

El hecho ocurrió en la sesión del jueves pasado cuando se debatía un proyecto enviado por el ejecutivo para aprobar un nuevo convenio a suscribir con la Empresa PROGEAS Argentina por los residuos electrónicos.

Ante las críticas formuladas por algunos ediles de la oposición (Daniel Ribetti se mostró a favor de que sea el propio municipio quien asuma esa tarea en vez de tercerizarla, y Jorge Lassaga cuestionó el incremento en los montos que se deben abonar y que en algunos casos supera el 250%) la respuesta del bloque de CPU fue cerrar la discusión de manera intempestiva.

La vocera/ideóloga de esta actitud fue Carla Livelli.

Comenzó despotricando contra la oposición en general, aseguró que las políticas ambientales por las cuales Villa Carlos Paz ‘es ejemplo’ en todo el país ‘nunca son acompañadas’ y reclamó que, ‘no se presentan propuestas superadoras’.

‘Qué difícil es trabajar con la oposición.

Se puede trabajar con gobiernos de distintos signos políticos y en este recinto es tan difícil poder consensuar’, reflexionó.

Y acto seguido disparó: ‘Me parece que continuar la discusión de este punto no tiene sentido y por eso voy a mocionar el cierre del debate señora presidenta’.

La moción fue rápidamente respaldada por Sebastián Guruceta y se aprobó con los siete votos del bloque oficialista. La oposición miraba azorada.

Un dato: entre que Livelli realizó la moción y la aprobación pasaron seis segundos. Seis.

Si bien el reglamento habilita mocionar para dar por concluidos debates, no parece que el que se estaba desarrollando ameritaba una decisión como la que se tomó.

Y las dudas que quedan flotando tienen que ver con que si se trata de un hecho reñido con la democracia y las costumbres legislativas pero aislado, o pasará a formar parte de la estrategia de la ‘Gestión Comunitaria’ para evitar discusiones y críticas incómodas o que dejan al descubierto las contradicciones y falencias del gobierno.