La emotiva carta que el carlospacense Emilio Iosa escribió a los jugadores de la selección

Deuda Interna - Hospital Móvil - Emilio IosaEl carlospacense Emilio Iosa, presidente de la Fundación Deuda Interna, escribió una emotiva carta a los jugadores de la selección argentina de fútbol que se viralizó en las redes sociales y a partir de allí tuvo amplia repercusión en medios de todo el país.

En el escrito, Iosa les pide ayuda a las figuras del seleccionado nacional para fortalecer y potenciar el “Hospital Móvil”, que recorre el país brindado atención médica gratuita a las comunidades de los pueblos originarios.

“Queremos construir un hospital móvil que dé que hablar, un hospital móvil que recorra cualquier punto del país brindando la mejor atención médica gratuita que una persona haya soñado… Un hospital móvil que le muestre al mundo sin tapujos cuál es la realidad de nuestra propia cancha”, explicó Iosa, y apeló a la solidaridad de los jugadores: “Tal vez sea una locura mi pedido, pero creo que muchos argentinos valorarían y aplaudirían un partido como ese, un partido a beneficio de nuestra ‘Deuda Interna’ con el objetivo de construir y movilizar ese hospital móvil”.

“Estoy seguro de que valdría la pena de parte de ustedes, transpirar la camiseta noventa minutos para que junto a nuestros pueblos originarios y con la ayuda de todo nuestro querido pueblo argentino, podamos acercar la salud al interior profundo de nuestro país para que nuestra gente pueda vivir un poco mejor cada día”, señaló.

Iosa asiste con su fundación desde hace varios años a comunidades de pueblos originarios en el chaco salteño dando atención médica gratuita. Por este trabajo fue elegido Cordobés del Año en 2013.

En Villa Carlos Paz, la intendencia le entregó la Medalla del Centenario ese mismo año, y el Concejo de Representantes lo declaró “Personalidad Destacada” en 2014.

 

La carta

El escrito, bajo el título “Carta de un médico a la selección argentina de futbol”, fue publicado en el perfil de Facebook de la Fundación deuda Interna y expresa textualmente:

“Hola muchachos! No sé ni cómo presentarme, ni cómo hacer para que esta carta llegue a sus manos… Es difícil llegar al corazón de ustedes sin que se confunda o malinterprete mi mensaje o mis verdaderas intenciones.

Voy a empezar diciendo que soy Argentino, que soy papá igual que muchos de ustedes, que soy médico de profesión y que he dedicado mi vida a buscarle la vuelta a la parte más olvidada de esta patria nuestra (parte que tal vez como muchos otros argentinos desconozcan) y que tiene que ver justamente con la vida y existencia de nuestros pueblos indígenas o pueblos originarios.

Por eso, hace unos diez años atrás, fundé una ONG que se llama Deuda Interna y desde entonces, junto a otro montón de argentinos, viajamos a brindar atención médica gratuita en lo que llamamos el “hospital móvil” y tratamos de jugar a diario el partido de la vida cotidiana en este suelo nuestro, en esta cancha nuestra tan pelada y tan descuidada en su interior profundo.

De chico me gustaba jugar a la pelota y no se los voy a negar… Diego era, es y será mi gran héroe de la infancia.

Yo tenía diez años cuando salimos campeones del mundo en México. Con mi viejo y mis hermanos salimos a festejar en el Citroen 3cv de un amigo con la capota corrida. Por primera vez en la vida sentí que mi ciudad tiraba toda para el mismo lado. Eso fue seguramente lo que hizo que aquel fuera uno de los días más intensos de mi infancia.

Gracias a Dios y a mi familia tuve una infancia feliz, resultado de miles de días sin la intensidad de aquel, pero con pequeñas cosas lindas que atesoro en el alma.

Tampoco les voy a negar que me dio un poco de bronca que no ganáramos la copa del mundo en Brasil, ni la copa América en Chile, pero no me comunico con ustedes para sumar reclamos a la eterna lista del exitismo argentino…

Aquello no fue una derrota y ustedes fueron lejos lo mejor de ambas copas… eso es inapelable.

Pero es raro nuestro país…. pareciera que nos molesta menos perder el partido de todos los días en nuestra propia cancha, que el que pasan cada cuatro años por televisión.

Siento que una derrota para Argentina es por ejemplo, cuando un niño muere por desnutrición o cuando un abuelo no tiene dónde atenderse. Partidos como esos se pierden todos los días en el interior profundo de nuestra querida nación aunque casi nadie lo note…

Y por eso quiero comunicarme con ustedes de argentino a argentino y de hombre común a hombre común, porque a pesar de que hoy todo parezca un sueño, tanto para ustedes como para mí, algún día van a venir otros “jugadores” mejores o más jóvenes que nosotros y seremos solo un recuerdo vago de días pasados.

Y esto no es una agresión sino todo lo contrario… es una invitación sincera a la reflexión y a la acción de jóvenes como ustedes, que considero buena gente y que, si hoy están radicalmente en mejores condiciones que otros miles de compatriotas de la misma edad, es solo porque este sistema permite ciertos absurdos.

Pero esto no es culpa suya, ni culpa mía, ni culpa de nadie en particular. No se trata de culpas… lo que creo que importa es en qué condiciones está cada uno hoy como para poder traccionar más o menos, ciertos imposibles.

Por eso suelto esta carta a volar, para intentar llegar a ustedes y contarles que en Deuda Interna queremos construir un hospital móvil que dé que hablar, un hospital móvil que recorra cualquier punto del país brindando la mejor atención médica gratuita que una persona haya soñado… Un hospital móvil que le muestre al mundo sin tapujos cuál es la realidad de nuestra propia cancha.

Tal vez sea una locura mi pedido, pero creo que muchos argentinos valorarían y aplaudirían un partido como ese, un partido a beneficio de nuestra “Deuda Interna” con el objetivo de construir y movilizar ese hospital móvil.

Estoy seguro de que valdría la pena de parte de ustedes, transpirar la camiseta noventa minutos para que junto a nuestros pueblos originarios y con la ayuda de todo nuestro querido pueblo argentino, podamos acercar la salud al interior profundo de nuestro país para que nuestra gente pueda vivir un poco mejor cada día.

Gracias compatriotas!! Un abrazo sincero desde el interior!!”.

 

Nota correspondiente a la edición n° 378 del semanario La Jornada, del 02 de agosto de 2015.

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