Fresneda: “Derechos humanos y Memoria, Verdad y Justicia son un pacto social del que no se puede retroceder”

El legislador de Córdoba Podemos y miembro fundador de HIJOS (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio), Martín Fresneda, se refirió a los dichos del concejal Hugo Bustos en torno a la última dictadura cívico militar.

Sostuvo que “de confirmarse los dichos, sería muy grave”. No obstante, reparó en las declaraciones posteriores de Bustos que definió al 24 de marzo como “el día de los desaparecidos” y agitó la ‘teoría de los dos demonios’ al decir que “hay gente que ha perdido sus familiares no sólo de un lado, sino también del otro”.

“Claramente de sus palabras surgió una lectura de la realidad de aquellos años, casi igual o peor que el insulto que ha generado”, opinó Fresneda y remarcó que, “lo que pareciera ser un chiste o una representación del ridículo, es la historia de nuestro país, es la historia de nuestros padres”.

La historia personal de Fresneda está ligada desde su nacimiento con las víctimas del terrorismo de Estado. Apenas tenía dos años cuando sus padres, Tomás Fresneda y María de las Mercedes Argañaraz, fueron secuestrados en julio de 1977, en Mar del Plata, en lo que pasó a la historia como “La noche de las corbatas”.

Entre la tarde del 6 de julio de aquel año y la madrugada del 13 fueron secuestrados otros profesionales en distintos puntos del país. La pareja de letrados se desempeñaba como abogados laboristas, tenía dos hijos (Ramiro y Martín) y esperaba la llegada de un tercero, que aún continúa desaparecido.

Estaba haciendo el secundario en Catamarca cuando mataron a María Soledad Morales. Movilizado por lo ocurrido, comenzó a participar de actividades militantes en las marchas del silencio. Al terminar el secundario se mudó a Córdoba para estudiar Derecho. En la Universidad se sumó a la coordinadora antirrepresiva Unidos. Luego fue parte de la Universidad Trashumante, una experiencia de inspiración zapatista que por la crisis del 2001 recorrió el país con un colectivo, haciendo educación popular.

Había participado de la creación de HIJOS Córdoba cuando fueron derogadas las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Como abogado, se volcó a la reapertura de los juicios por delitos de lesa humanidad. Fue querellante en los tres primeros que se lograron reabrir en la provincia y en los que fueron condenados Luciano Benjamín Menéndez y Jorge Rafael Videla.

En 2012 fue designado secretario de Derechos Humanos de la nación. 

“Decir que ‘vamos a repartir huesos por la ciudad y que saldremos a buscarlos’ tiene mucho que ver con lo que hace un tiempo se decía de que no era real que hubiera desaparecidos o como se esparcieron los restos de nuestros padres”, expresó y añadió: “Con esas cosas no se jode y menos cuando hay víctimas cuyos restos seguimos buscando”.

“No tienen la menor idea lo que significa para un ser humano que te hagan desaparecer tus padres. Y hablo de desaparición y no de muerte. La desaparición como un concepto y un estadío de perversión creado por el mismo ser humano para destrozar no necesariamente a quien resulta víctima directa, sino para desmembrar el tejido social y sembrar temor sin límites de tiempo.

“Entrar en este tipo de juego o burla es agraviar a la historia argentina. Agraviar a miles y miles de víctimas que aún estamos buscando cuál es el destino final que les dieron los genocidas a nuestros padres para poder llevarles una flor, para poder encontrar ese amor de donde nosotros surgimos. Esos ‘huesitos’ que él dice que desparramaría, son nuestros seres queridos. Son los que nos dieron la vida, nos dieron el amor y se la jugaron por un país distinto y deberían ser respetados.

“Se debe saber si este ciudadano ha sido eso. Porque uno puede perdonar estas expresiones viniendo de un ciudadano común. Pero no lo puede dejar pasar viniendo de alguien que tiene un nivel de representatividad de la comunidad. Los derechos humanos son políticas de Estado desde el advenimiento de la democracia. No podemos aceptar que nadie, en el ejercicio del poder delegado por el pueblo, tenga estas actitudes tan anti Estado, anti democracia, anti historia, anti memoria, tan agraviante a la memoria del pueblo argentino”.

 

– En esta broma ‘a lo Capussotto’ como según dijo Orce que se justificó Bustos, estamos en una instancia de palabra contra palabra, en términos legales ¿cómo se resuelve esto?

– Se resuelve con una acción judicial, con una acción declarativa de certeza, para saber si ese hecho sucedió. Luego hay que llamar a declarar a los testigos bajo juramento y bajo pena de falso testimonio. Sino, pareciera ser que todo se relativiza. Pareciera ser que hay una legisladora que inventó todo, otra que pareciera ser que no se quiere comprometer y otro que tira la piedra, esconde la mano y cuando se quiere justificar y hacer un falso pedido de perdón, elabora toda una teoría de los dos demonios agraviando nuevamente a las víctimas. Estas cosas no se pueden dejar pasar. Este nivel de negacionismo o de provocación hacia la memoria, no puede suceder en los ámbitos institucionales. Puede suceder en cualquier otro ámbito, pero no en el espacio de los representantes del pueblo. Se burlan del voto, se burlan de la memoria. Un juez o un fiscal serio y responsable debe tomar esto y llevarlo a alguna resolución. Si esto no tiene una resolución, mañana cualquier energúmeno se va a aventurar a seguir diciendo barbaridades y aquí nadie cuida a la memoria, a las víctimas, a las políticas de Estado. Lo debe resolver la justicia.

 

– En Alemania, por ejemplo, quien niega el genocidio va preso. La reivindicación de la ‘teoría de los dos demonios’ que hizo Bustos no es discutible porque lo hizo en el marco de una entrevista periodística. Él habló de ‘muertos de un lado y de otro’ y eso también tiene una gravedad institucional importante…

– La gravedad radica en la ignorancia. La gravedad radica en esgrimir postulados obsoletos en un mundo que avanza en otro sentido, donde se juzga y se condena el terrorismo de Estado. No se juzga y se condena las acciones civiles que están ordenados por la norma interna de cada país, los cuales son prescriptibles. Nadie niega los hechos. Hubo violencia política.

Pero el concepto de crimen de lesa humanidades es el que lesiona a la humanidad. Son tan agraviantes los delitos cuando los comete el Estado que justamente lesiona a la condición humana en general. Traspasa los límites de una frontera. Por eso son imprescriptibles.

Justamente, después de lo que sucedió en la Alemania nazi, se crearon los tratados internacionales que regulan la prevención, la sanción, investigación de todos los crímenes que son de guerra y de lesa humanidad.

La ley se presume conocida por todos, y mucho más por quienes son dirigentes políticos y tienen responsabilidades institucionales. Si van a utilizar un micrófono para decir torpezas, mejor que se pongan a estudiar. Que se pongan a estudiar la historia de la humanidad, la jurisprudencia de La Haya y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Y la del propio país, nuestra Corte Suprema.

Esos comentarios hacen a una  provocación. Nadie que no piensa como esta persona se le ocurre hacer un chiste como el que habría hecho. Ni siquiera Capussotto. Entonces que no lo invoque, porque Capussotto sí se puso a estudiar historia para hacer chistes y saber muy bien sobre qué se puede hacer chistes y sobre qué no. No se pueden hacer chistes de ninguna condición que afecte a la condición de las personas, en su diversidad, en su cultura, en su religión.

Hay un punto en el que quieren hacer creer que todo es materia opinable. La historia avanza y las sociedades tienen logros y conquistas. Los derechos humanos y Memoria, Verdad y Justicia son un pacto social del cual no se puede retroceder y menos andar opinando livianamente.

 

– ¿Cree que hay un contexto nacional a partir de que asumió el gobierno de Cambiemos donde se volvió a habilitar esta discusión? Por lo menos de algunos funcionarios públicos, que ponen en duda si fueron 30 mil u 8 mil los desaparecidos, si hubo un plan sistemático…

Sin ninguna duda. Todo lo que he dicho lo comprende también a los Lopérfido y a los Gómez Centurión. Los comprende a todos ellos, porque se da en el marco que no es solo nacional. Intentan deteriorar las conquistas en materia de derechos humanos porque creen que así deterioran al kirchnerismo. Eso es una equivocación grotesca. Con lo que confrontan es con la memoria del pueblo argentino. Hay una equivocación conceptual y una visión de la política enorme. Los derechos humanos son y deberían ser políticas de Estado, con la doctrina de continuidad institucional del Estado, sin especulación.

 

Nota correspondiente a la edición n° 462 del semanario La Jornada, del 23 de abril de 2017.

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