El estrés es uno de los factores que aumenta el riesgo de padecer dolor de espalda, pero se pueden tomar medidas para evitarlo y controlarlo.
¿Qué otros factores pueden facilitar el dolor de espalda?
– Las estructuras nerviosas se activan cuando hay estrés, de modo que éste también puede disminuir el umbral del dolor y hacer que su intensidad se perciba como mayor de la que realmente es.
– El estrés puede facilitar una actitud ante el dolor que aumenta el riesgo de que éste surjao persista durante más tiempo. Esta actitud se caracteriza por:
-Disposición negativa ante el dolor del dolor, al asumir que va a persistir y va a limitar la capacidad y calidad de vida de forma permanente.
-Miedo al dolor y,reducción de la actividad, así como abuso de la medica
¿Hay algunas medidas para reducir el impacto?
Evidentemente, lo primero que se debe tratar es el propio estrés, resolviendo las situaciones que lo provocan cuando es viable, o aprendiendo a vivir con él de la forma más sana cuando no lo es. Con ese fin existen técnicas psicológicas eficaces. Cuando las situaciones estresantes son pasajeras también se puede valorar el uso transitorio de algunos psicofármacos como los ansiolíticos bajo supervisión médica. Desde luego, si está frecuentemente estresado conviene que consulte a su médico, psicólogo o psiquiatra.
*Mantener el mayor grado posible de actividad física. Además de ser eficaz para prevenir el dolor de espalda, la actividad física regular puede contribuir a controlar el estrés y reducir su impacto. Puede ser tan sencillo como acostumbrarse a evitar un medio de transporte y caminar, o subir cada día algunos pisos a pie, en vez de usar siempre el ascensor. Si es posible, es todavía mejor practicar algunos deportes aeróbicos, como correr o nadar.
*Conocer y cumplir con las normas de higiene postural que le enseñan cómo adoptar las posturas y movimientos propios de la vida cotidiana de forma que la carga para la columna vertebral y su musculatura sea menor y se reduzca el riesgo de contracturas.
*Mantener y desarrollar la musculatura de la espalda. El entrenamiento de la musculatura implicada en el funcionamiento de la espalda disminuye el riesgo de que se contracture. Si se practican correcta y asiduamente, algunos ejercicios aeróbicos como la natación pueden ser suficientes para mantener en buen estado la musculatura de la espalda y el estado físico general.