El referéndum por el agua, una bomba que estalló en las manos de Avilés

La maniobra política ideada por Avilés no resultó como esperaba. Y aunque parecía que sólo podría salir ganando, la realidad mostró que la bomba le explotó en las manos.

Por un lado, el proyecto tenía como claro objetivo avanzar con su deseo irresuelto de destruir a la Coopi. Y apuntó a las lógicas divisiones internas. Pero no lo logró, y el cuerpo social cerró filas –nuevamente- en defensa de la institución y los servicios.

Por otro lado, y como bonus track, la idea del referéndum apuntaba a dividir a una oposición que busca, trabajosamente, articular una propuesta común para 2019. Estuvo cerca. Los incipientes acuerdos crujieron pero, no sin sobresaltos, se salió del atolladero con un proyecto alternativo y consensuado. Y la relación entre los principales dirigentes de este armado quedó fortalecida.

El tercer aspecto a tener en cuenta involucra al defensor del Pueblo, Daniel Mowszet. El claro alineamiento con el oficialismo desmoronó de un soplido la tan mentada ‘independencia’. Y quedó expuesto. Es que, ante su necesidad, Avilés no dudó y sacrificó gran parte de la credibilidad que tenía el ombudsman.

En resumen, la nueva avanzada dejó saldos negativos en todos los frentes, más allá del esfuerzo de la rentada maquinaria propagandística oficial para mostrarlo como vencedor. Pero claro, Avilés no se quedará quieto y ya debe estar maquinando alguna próxima jugada que le permita, al mismo tiempo, destruir la Coopi y garantizar una victoria del oficialismo en los comicios de 2019.

 

Nota correspondiente a la edición n° 530 del semanario La Jornada, del 03 de setiembre de 2018.

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