Con la llegada del calor y las altas temperaturas, desde hace algunos días en Villa Carlos Paz, sobre todo en el sector céntrico, se puede percibir un fuerte olor nauseabundo que proviene desde las márgenes del río San Antonio producto de la descomposición de las algas cianofíceas, conocidas popularmente como verdeazuladas.
Al mismo tiempo, en distintos lugares del lago San Roque, sobre todo desde el barrio Costa hacia el paredón del dique, se registró una importante mortandad de peces.
Según precisó la periodista Inés Martínez, se trata de pejerreyes, camarones y alevinos que mueren por la falta de oxígeno en el agua, producto de la proliferación de las algas.
Juan Carlos Paesani, presidente de la Fundación Educación, Ambiente y Trabajo (Funeat), viene bregando desde hace mucho tiempo por un cambio total con respecto a esta situación. “Es lo típico que ocurre en esta época de acuerdo a la dinámica del embalse del dique San Roque que tiene un comportamiento durante el invierno y otro durante el verano.
La colonización de algas cianofíceas tiene mucho que ver con los nutrientes como los fosfatos que siguen yendo a través del curso de agua al embalse del dique San Roque y que desde nuestra Fundación venimos denunciando en forma reiterada como es el caso del río San Antonio”, explicó.
“Por caso hemos solicitado se hagan mediciones en los efluentes que van al río para constatar si hay contaminación. Se ha terminado la avenida Madrid en Playas de Oro, por citar uno de los lugares, y sabemos que se ha hecho una sangría en la zona central de esa calle y ahí se recogen todas las aguas que vienen de vertientes y sangrías porque todos esos lugares están colmatados y eso va a parar al balneario Playas de Oro y no sabemos de qué calidad es el agua que va a parar al embalse”, advirtió el ambientalista.
Y puntualizó sobre otros casos en lo que ocurre lo mismo: “ese es un solo lugar del cual nosotros hemos denunciado de algunos tantos que hay como el puente Illia, el arroyo El Ahorcado, están los efluentes que vienen de calle México y muchos más y a eso sumarle lo que ocurre con el rio Cosquín, el arroyo Las Mojarras y Los Chorrillos. La irresponsabilidad de los gobiernos especialmente el que dirige la política hídrica del estado de Córdoba que no existe está a la vista”.
Para Paesani una de las esperanzas para contrarrestar el olor nauseabundo que emana del San Antonio sería “que durante este verano y que dentro de esta corriente del Niño trajese crecidas muy importantes y que produjera algún tipo de lavado o disminución de concentración de las algas cianofíceas en el embalse, pero eso no es la solución y posiblemente en los meses de febrero o marzo cuando se dé nuevamente el florecimiento o el ciclo biológico de las algas más la presión por el movimiento turístico en la ciudad por los efluentes que irán al embalse del San Roque desde distintos lugares posiblemente comenzará la mortandad de peces como lo hemos comprobado durante todos los años”.
¿Crónica de una muerte anunciada?
La Fundación Educación, Ambiente y Trabajo (Funeat) se refirió a la actualidad del embalse del San Roque con una pregunta: “¿Crónica de una muerte anunciada?”; y la respuesta inmediata: “Desde hace muchos años, pero la desidia, las agresiones hacia el embalse que no cesan, como seguir destruyendo bosques protectores cercanos al perilago y cuenca alta, aguas con nutrientes para las algas por doquier, fuegos de artificio sobre un puente que manda todos los contaminantes a espejo de agua, un yacimiento de uranio sin remediar, los incendios, etc. etc.
¿Pretenden una ciudad al lado de un pantano maloliente? Se está logrando, los mensajes son clarísimos y los da el propio embalse”.
Nota correspondiente a la edición n° 398 del semanario La Jornada, del 03 de enero de 2015.
