El Encuentro Nacional Cultural de San Antonio festeja sus 28 años

Por Carlos Pivatto

Son cuatro días durante los que San Antonio de Arredondo se transforma en un espacio cultural pleno. Entre el jueves 6 y el domingo 9 de diciembre se desarrollará la edición 28º del Encuentro Nacional Cultural.

Cientos de artistas y amantes de las tradiciones inundan con sus carpas el predio del Encuentro, ubicado sobre el arroyo San Antonio, a unas pocas cuadras de la avenida Cura Brochero y del Balneario Municipal.

Se trata de una maratón de actividades artísticas y culturales, donde “el evento no pasa por el escenario, sino por todo lo que sucede”, según lo define su propio mentor y organizador, el profesor Jorge Valdivia.

Justamente en diálogo con La Jornada, se mostró entusiasmado con la nueva edición, que se ha transformado mucho a lo largo de los años, pero siempre conserva su “magia”.

Esa es la palabra que más repite Valdivia, a la hora de definir el evento. Amor y magia, dos características emblemáticas de este encuentro, por el que han pasado los más grandes artistas, los cuales jamás cobraron un sólo peso.

“Siempre nos quedan deudas”, reflexiona el “negro”, y explica que se han resistido a los grandes sponsors porque las grandes empresas y marcas quieren “inundar” la convocatoria con sus carteles y símbolos “y nosotros defendemos que el único protagonista es el Encuentro”.

En tal sentido insistió en que, “el Encuentro no es lo que pasa en el escenario, sino que se nutre de lo que ocurre en todo el día.

El escenario es consecuencia de todas esas actividades, que están ligadas a todo tipo de expresión artística pero también a problemáticas sociales, ambiente o salud”.

Es que la programación incluye talleres, proyección de videos, charlas debate, obras de títeres, teatro, y destacados espectáculos musicales y coreográficos.

El encuentro va de jueves a domingo. La primera jornada no arranca al mediodía, sino con los talleres y fogones de la tarde y el domingo finaliza a las 17. Viernes y sábados son jornadas plenas de actividad.

A la hora de definir “su creación”, Valdivia dijo que, “cuando por agosto de cada año ya empezamos a vislumbrar la nueva edición, se me agolpan todos los recuerdos.

Todo lo que pasé está siempre muy presente en mi. Y eso siento que me fortalece. La sensación es muy hermosa, de saber que se ha logrado todo esto. Aunque quedan algunos nombres que siguen desde el primer día, hay una permanente renovación de colaboradores y gente que se suma. Es como si algunos pasaran la posta a otros y eso es muy gratificante”.

“Siempre sigue siendo un desafío. Cada año es nuevo desafío. El encuentro yo lo defino como algo mágico. Eso se siente mientras sucede.

Y por supuesto se respira y se percibe mucho amor en todo y en todos. Por eso es tan mágico y único”, concluyó.

 

Nota correspondiente a la edición n° 535 del periódico La Jornada, del 28 de noviembre de 2018.

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