Este martes vence el plazo que dispuso la justicia brasileña para que la coalición ‘Brasil Feliz de Nuevo’ modificara sus candidatos para los comicios presidenciales, a cumplirse el próximo 7 de octubre.
Con Luiz Inácio Lula Da Silva encarcelado desde abril, a la alianza de la que es parte el Partido de los Trabajadores (PT) se le terminaron los tiempos, después de un nuevo rechazo de la Junta Electoral para que pudiera postularse a una elección en la que sostuvo siempre la mayor intención de voto.
Llegó el tiempo de un anuncio oficial de cara a la renovación política, y se aguarda con expectativa. En tal sentido, sería su actual candidato a vicepresidente inscripto, Fernando Haddad, el hombre elegido.
Quien fuera ministro de Educación nacional, en la gestión Lula, y alcalde de San Pablo, fue el nombre elegido por una reciente carta del exdirigente metalúrgico a la militancia: “Mi voz es la de Fernando Haddad”.
El exmandatario permanece en la cárcel de la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba tras recibir un fallo en segunda instancia en contra, acusado de haber recibido un departamento como pago de una coima. A cargo del proceso judicial estuvo el magistrado Sergio Moro, cuestionado por la escasez de pruebas en el caso y una intencionalidad política.
Eso sí, las previsiones ubican a Haddad con apenas un nueve por ciento de intención de voto, contra un 24% de Jair Bolsonaro, el ultraderechista que denunció un ataque de arma blanca la semana pasada, durante un acto proselitista.
En crecimiento aparece Ciro Gómez, del Partido Democrático Trabalhista (Laborista), acumula según los últimos sondeos un 13 por ciento, contra el once del socialdemócrata Geraldo Alckmin y la ecologista Marina Silva.
