Villa Carlos Paz, tetazo, reclamo y polémica

Por Jorgelina Quinteros

“Mi cuerpo, mi decisión”, “sobre mi cuerpo decido yo”, “te molestan mis tetas que no podés comprar” fueron algunas de las frases inscriptas en el cuerpo y los carteles que llevaban las mujeres participantes del ‘Tetazo’ en Villa Carlos Paz.

La concentración se realizó el martes pasado desde las 18.30 en la Plaza del Avión. Durante la jornada se llevaron a cabo distintas acciones con el fin de visibilizar la violencia hacia la mujer en nuestra ciudad.

Desde el Colectivo #NiUnaMenos Villa Carlos Paz convocaron a “adherir a la acción nacional en repudio a la represión policial hacia un grupo de mujeres que hacían topless en una playa en Necochea”.

“La prohibición y la represión sobre nuestros cuerpos, también es violencia. Volvemos a salir a las calles a luchar y defender nuestros derechos,” señalaba el comunicado que difundió la organización.

Se realizaron protestas en varias ciudades del país: Capital Federal, Necochea, Mar del Plata, Rosario, Salta, Córdoba Capital, Ushuaia, La Plata, Corrientes y Entre Ríos.

En algunos lugares hubo incidentes con hombres que se acercaron a observar lascivamente e insultar a las manifestantes y en el Obelisco fue destrozado un patrullero. Esta acción fue repudiada masivamente, sin embargo, la reacción no es la misma frente a la violencia institucional que ejerce la policía.

La iniciativa se gestó en repudio al operativo policial que sufrieron las bañistas de Necochea, pero también se sumaron reclamos puntuales de nuestra ciudad como el tratamiento del proyecto para que se declare la emergencia en violencia de género y las denuncias por la inacción del Estado frente a los casos de abuso y agresiones hacia mujeres que se conocieron en el transcurso de este año.

“Un abuso sexual a una menor de 16 años en un hotel, una violación por parte de un policía, una mujer azotada con un cinturón en la vía pública y otro caso de abuso en un conocido boliche de la ciudad, más los casos que no toman estado público”, detalla el comunicado de #NiUnaMenos.

“No tenemos una respuesta concreta sobre el tratamiento del proyecto de emergencia que presentamos a fin de año, por eso le sumamos estos reclamos locales que no son ajenos a lo que pasa en todo el país”, expresó Florencia Santillán, integrante del colectivo.

La concentración fue una expresión de lucha contra todo tipo de violencia hacia la mujer, que permitió que cada participante se exprese con libertad. Las mujeres decidieron no mostrar sus pechos desde el comienzo de la concentración, como sucedió en otros lugares.

Algunas decidieron hacer topless en un momento para que se tomen algunas fotos y una gran mayoría determinó acompañar el reclamo desde otro lugar. Esos minutos que llevó sacar las fotografías y la imagen en sí misma bastaron para profundizar la ola de comentarios en las redes sociales con calificativos ofensivos y violentos enfocados a las cinco mujeres que decidieron exponerse, pero que ya estaban circulando en las redes sociales condenando la realización del ‘Tetazo’.

Muy pocos fueron los mensajes de apoyo y mínimas las críticas con argumentos que permitan generar una base para debatir, ya sea ejes en la lucha contra la violencia hacia la mujer o revisar metodologías y consignas.

Miembros de #NiUnaMenos repartieron folletos informativos y también leyeron diferentes textos que apuntaban a reflexionar sobre la violencia machista y los patrones culturales y prácticas que sostienen el patriarcado en nuestra sociedad, es decir los privilegios y el predominio del varón.

“Es una problemática que nos involucra a todos y a todas porque sufrimos el machismo en nuestros propios cuerpos. Es una lucha global, por todos los casos de violencia de género que ocurren en nuestra ciudad y no se conocen. Queremos que cada uno tenga la libertad de decidir sobre su propio cuerpo y que nadie imponga lo que una mujer puede mostrar o no por prejuicios de una sociedad conservadora”, manifestó Melina Dahlquist, una de las participantes de la concentración.

Es la segunda vez que se organiza una iniciativa similar en nuestra ciudad. La primera fue en julio del año pasado y se realizó para repudiar el accionar policial que quiso llevar detenida a una madre por dar la teta a su bebé en la vía pública, en San Isidro provincia de Buenos Aires. Miles de mujeres en todo el país y cientos en Carlos Paz y San Antonio se reunieron en plazas para amamantar a sus hijos y muchas para acompañar a las lactantes.

Esta última medida impulsada con la consigna #Tetazo generó polémica y rechazo por parte de hombres y mujeres, lo cual no ocurrió con la anterior convocatoria.

Sin embargo, también impulsó un debate en torno a las definiciones de exhibicionismo y las concepciones culturales y sociales que se construyen sobre la exposición de los cuerpos de las mujeres.

 

“Operativo tetas sin sol”

Así se denominó el video que viralizó en las redes sociales el accionar de la policía de Necochea hacia un grupo de mujeres quequisieron hacer topless en una playa a diez cuadras del centro de la ciudad. Las imágenes muestran a los policías intimando a las tres mujeres a cubrirse bajo la amenaza de llevarlas presas, mientras los bañistas las agredían.

“La cultura es machista, es así”, argumentó uno de los policías. “Es una contravención”, dijo otro. Después de la cuarta vez que llegó la policía, las mujeres tuvieron que retirarse de la playa.

Este hecho motivó el ‘Tetazo’ como una acción de repudio a la violencia institucional ejercida por los 20 oficiales y seis patrulleros que integraron el operativo.

Una de las principales críticas fue el reclamo de que la policía actuó inmediatamente en este caso frente a una denuncia anónima de algún bañista, pero no se ve la misma rapidez y efectividad cuando los llamados son por un caso de violencia de género. “Empecemos a discutir estas cuestiones, porque seis patrulleros llegan para impedir que una mujer esté en tetas tomando sol, pero si nos quieren acosar en una esquina gritamos y no aparece nadie”, expresó Marcela Martín, quien forma parte de #NiUnaMenos.

Mario Juliano, juez del Tribunal en lo Criminal 1, recibió las actuaciones policiales del operativo contra estas mujeres y archivó el caso señalando que “no tenía relevancia contravencional”, reclamó la modificación del Código de Faltas y demandó prudencia a la policía.

En un comunicado público explicó: “La defensa irrestricta de las libertades me lleva a posicionarme en favor de las mujeres que decidieron descubrir sus pechos, del mismo modo que apoyo las manifestaciones (tetazos) que ocurrirán en los próximos días en defensa de los derechos. Esa es una de las formas (en ocasiones la única posible) de provocar un debate sobre las cuestiones que nos conciernen, del mismo modo que ocurre con otros temas (marihuana, edad de punibilidad, violencia de género) que deben formar parte de una agenda amplia y generosa en la que participemos la mayor cantidad de personas, propio de democracias más deliberativas”.

Por la trascendencia que tuvo el despliegue policial, el juez evaluó que “la ocasión es propicia para reclamar a la legislatura bonaerense la necesaria reforma del Código de Faltas, particularmente su artículo 70, que es el que reprime a los actos obscenos”. “El Código vigente desde marzo de 1973 es una verdadera rémora autoritaria y los bonaerenses nos merecemos contar con una herramienta legal adecuada a una sociedad moderna, que contribuya a la convivencia y el uso igualitario de los espacios públicos”, explicó.

 

El rechazo al ‘Tetazo’

“Reclamamos el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos”, fue una de las frases que resonó en defensa de esta protesta que implicaba una irrupción en el espacio público de cuerpos mostrando aquello que tiene que permanecer oculto.

Cualquier tipo de movilización es un acto político, pero ¿qué pasa cuando generan una acción disruptiva miles de mujeres en un ámbito dónde la desnudez les es negada?

La respuesta fue una ola de descalificaciones seriales, críticas y un rechazo de gran cantidad de hombres y mujeres. Se generó una ruptura con determinados sectores del movimiento de mujeres que más allá de algunas coincidencias en el reclamo, repudiaron el ‘Tetazo’ como forma de protesta.
Cuando no se encuentran términos para nombrar la violencia más extrema y cruel del femicidio, para nombrar al ´Tetazo’ surgieron los más denigrantes que uno pueda imaginar. “Obscenas”, “escandalosas”, “inmorales”, “degeneradas” y “exhibicionistas” fueron las palabras descalificadoras más suaves que les dijeron a las que osaron romper con el mandato de que la teta que se descubre es la que se paga o la que vende, la que da de mamar o la que seduce para dar placer al hombre. “Hay un dinero que tiene que ver con dónde puedo yo poner el cuerpo desnudo”, aseguró Martín.

La discusión sobre poder elegir con libertad cuando exponer o no nuestros pecho en ámbitos públicos al igual que los varones no posibilitó la continuidad del debate sobre otras formas de violencia y control del Estado sobre nuestros cuerpos como la violencia obstétrica, el aborto libre seguro y gratuito o la educación sexual integral y feminista en las escuelas.

La exposición de las tetas tapó la ampliación del debate a la soberanía de la mujer sobre su cuerpo.

“Hay topless cuidados y topless que no. Para los últimos, los reales, los de tetas gomosas, caídas y de tamaños no televisivos, el destino es la expulsión. Las tetas de mujeres reales escandalizan”, manifestó la periodista Cecilia Toledo.

En esta discusión, la maternidad fue un parte aguas, planteando una diferencia rotunda entre mostrar los pechos para dar de mamar y exponerlos para tomar sol o a manera de protesta.

De esta manera lo expresó Marcela Martín: “Hace muchos años amamantar y no dar leche artificial ha sido una conquista saludable y eso tiene mucho más consenso social. Pero implica sostener a la mujer solamente como madre, entonces estamos disociadas. La carga no puede ser estrictamente maternal, porque eso implica fraccionarnos y fragmentarnos a las mujeres integras que somos”. La mujer construida socialmente desde su rol reproductivo entra en conflicto con otros imaginarios sociales.

Las mujeres que tomaron las calles sin corpiño en las grandes ciudades estuvieron rodeadas por hombres que les gritaban frases como “se muestran para provocar y que después las violen”.

El discurso que pone el foco en la víctima responsabilizándola de la agresión y la discriminación tomando protagonismo.

La culpa es de la mujer, la vestimenta o la ausencia de ropa se usan para justificar la violencia.

Facebook también hizo uso de sus herramientas de censura antes y después del ‘Tetazo’. Se suspendieron todas las publicaciones que mostraban las tetas con pezones (como si hubiera otro tipo de tetas). No sucedió lo mismo con las imágenes que las mostraban a medias, insinuando, asomando entre escotes profundos. Los pezones son una ofensa a las buenas costumbres y la moral para Facebook y muchas personas que rechazaron el ‘Tetazo’ como medida de fuerza.

Mientras, el sistema reprime los cuerpos “imperfectos” que no son carne que se pueda vender en un mercado. “La carga erótica a una teta se la ha puesto el sistema para poder vender”, afirmó Martín.

La aparición del cuerpo semidesnudo de las mujeres en un lugar prohibido (por el hombre) dejó en evidencia toda la violencia que encierra la mirada cotidiana del machismo.

En ese sentido, en un contexto de represión y violencia hacia la mujer que cada día se intensifica más, surge la pregunta si marchar por el cuerpo libre es un reclamo menor o es un eslabón más de una lucha contra una cadena de violencias que van desde las expresiones del micromachismo al femicidio como el punto final y el más grave.

¿Por qué indigna más a algunos sectores en Carlos Paz que cinco mujeres decidan mostrar sus pechos en una plaza pública que casi dos años de impunidad por el crimen de Andrea Castana?

¿Qué sucede cuando esa intervención se da en la ciudad que tres meses al año expone el cuerpo femenino para promocionar obras de teatro y todo tipo de productos, contribuyendo al negocio millonario del desnudo femenino televisivo donde la teta que se puede mostrar es la que vende?

Son preguntas que quedan latentes, que están abiertas y la respuesta se encuentra entre todos y todas los que estén dispuestos a dar el debate sobre la continuidad de la lucha por una sociedad más igualitaria y donde se garantice el ejercicio de los derechos de las mujeres ya reconocidos y la conquista de nuevos derechos que vendrá. Pero también, que se pongan en discusión las bases teóricas y prácticas de esa lucha apuntando a construir consensos dentro de los diferentes matices que tiene el movimiento de mujeres en nuestro país.

Frente a la crítica vacía y sin fundamento impera la urgencia de poner en discusión toda una serie de patrones y constructos culturales que invitan a algunos cuerpos a mostrarse y otros a cubrirse.

 

Camino al Paro Internacional de Mujeres

El 8 de marzo mujeres de más de 30 países del mundo van a participar de un paro que se propone concluir con las movilizaciones más masivas de los últimos años. El antecedente más cercano es la manifestación organizada para repudiar la asunción de Donald Trump en los Estados Unidos, donde millones salieron a la calle para afirmar que no van a dar ni un paso atrás en los derechos adquiridos.

En el marco de la organización del paro internacional de mujeres el próximo 8 de marzo, iniciativas como el ‘Tetazo’ son “formas de provocar un debate”, como lo anticipó el magistrado Juliano, y de profundizar la lucha contra las diferentes formas de violencia y represión hacia las mujeres en nuestro país. “Esta es la primera actividad del año. Estamos organizando acciones que van desde lo artístico a lo educativo para que en Carlos Paz también el 8 de marzo las mujeres paren”, aseguró Santillán.

A fines del 2016, el Concejo de Representantes estableció un presupuesto de $1.350.000 destinado al desarrollo de políticas de género y la Casa de la Mujer. $350.000 era el monto que había definido el poder ejecutivo cuando presentó el proyecto de presupuesto para el 2017. Más allá de este incremento, los hechos de violencia que sucedieron en los primeros meses de este año transparentaron que Carlos Paz sigue en deuda en lo que respecta la asistencia a las víctimas. El reclamo de la hermana de una joven que presuntamente fue acosada en un hotel de nuestra ciudad que estuvo más de 16 horas para que le tomen la denuncia en la comisaría local es reflejo de esta situación.

En este contexto, el pedido de que se declare la emergencia en materia de violencia de género y se destine mayor presupuesto para asistir, acompañar y refugiar desde el Estado municipal a las mujeres violentados está más vigente que nunca.

A esta demanda urgente e inmediata se le suma la lucha para terminar con la precarización laboral y la feminización de la pobreza en la ciudad de los teatros.

En ese sentido, el ‘Tetazo’ se convirtió en un verdadero acto de rebeldía cívica frente a determinadas pautas culturales” más que nunca en Carlos Paz, como lo aseguró el juez que hizo el fallo por el topless en Necochea.

El cuerpo utilizado como instrumento de protesta y la desnudez como una manera de ocupar el espacio público y perturbar las estructuras de una sociedad que pretende disciplinar y normalizar aaquellos que rompen los moldes y usos que el Estado y la moral habilitan.

Esta acción abrió la puerta a un desparramo de agravios y puso al descubierto los posicionamientos más conservadores, misóginos, retrógrados y reaccionarios de nuestro país.
Asimismo, generó una división muy grande en el movimiento de mujeres que obliga a replantearse los métodos de lucha, debatir las diferencias y reflexionar sobre las líneas de acción a futuro. “Tenemos la obligación de poner sobre la mesa y sacar a la calle estas discusiones, porque si no nos van a seguir matando, poniéndonos en bolsas y tirándonos a la calle”, remarcó Martín.

“Difícilmente nos pondremos de acuerdo sobre la desnudez y la forma de practicarla. De lo que se trata es de encontrar puntos de convivencia que nos permitan avanzar hacia modelos de sociedad más libres, donde existan mayores posibilidades de ejercer los derechos y realizarnos individualmente. Y de lo que también se trata es de abandonar ciertas hipocresías, que condenan el topless de unas chicas en un balneario, pero que mira para otro lado frente a hechos de inusitada gravedad”, concluyó el juez Juliano.

Está claro que estos hechos nos interpelan y nos demuestran que en este país y en Villa Carlos Paz, particularmente, la igualdad de derechos entre hombres y mujeres es un horizonte en construcción, no es un hecho.

 

 

Nota correspondiente a la edición n° 452 del semanario La Jornada, del 12 de febrero de 2017.

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