Por Francisco “Pancho” Ciarez
Carlos Vega, “Chavo” para los conocidos, hace 56 años que construye una vida alrededor de Villa Carlos Paz pero principalmente sobre un deporte: el vóley. El carlospacense comenzó como uno de los principales motores para difundir una materia totalmente desconocida como era el vóleibol en la ciudad.
Los registros dicen que nació en Cosquín pero rápidamente regreso a su ciudad, aquella que lo apadrina hace tantos años, donde vivió su infancia, se formó como profesional y hasta el día de hoy le toca ser abuelo.
“Chavo” le ha dedicado un poco más de la mitad de su vida (45 años) a este deporte que lo mantiene en vilo y lo hace el máximo referente en Carlos Paz. Es difícil pensar qué hubiera pasado si el vóley carlospacense no lo hubiera encontrado a él y si el mismo Carlos Vega nunca hubiera practicado este deporte.
El técnico del Polideportivo de barrio Santa Rita nunca se separó de su amado club. Uno asocia el “Poli” con el “Chavo” y al “Chavo” con su campera del “Poli”. Nadie conoce más que Vega cada recoveco de aquel lugar, sabe que es su segunda casa y es donde germinó parte de su legado de tantos años de trayectoria.
En una charla íntima y exclusiva con La Jornada, Carlos “Chavo” Vega nos cuenta su historia. Nos deja adentrarnos en sus inicios, sus pasos de jugador y la experiencia como técnico hasta llegar a su presente en el vóley.
Historia de amores y pasiones. De algo hay que estar seguros y es que el “Poli” de Santa Rita, sin lugar a dudas es y será para siempre “la vecindad del Chavo”.
– ¿Naciste en Carlos Paz?
– Soy un NyC (Nacido y Criado) de la ciudad. Mi familia me hizo nacer en Cosquín pero solamente nací allá e inmediatamente volví para Carlos Paz. Mis padres ya estaban instalados acá en la ciudad pero en esos momentos había una clínica en Cosquín que estaba bien equipada, es por eso que la decisión de mis padres fue que naciera allá. Soy hijo único. Nací y rápidamente volvimos a Carlos Paz. A la misma casa que vivo hace 56 años en barrio “La Quinta”, donde jugué, me crié, crecí y aún vivo ahí con mi familia. Ahora se han incorporado los nietos así que hemos pasado toda una vida en la misma casa viviendo muy buenos momentos.
– ¿Cuándo se da tu inicio en el vóley?
– Como una actividad novedosa, apareció el vóley en la villa a través de unos juegos deportivos que se llaman “Evita” en los ‘70.
Empecé a practicarlo en el Centro Italiano, aunque la actividad empezó en el Club de Pesca originalmente. Ahí en el Centro Italiano comenzamos a armar esto, que en su momento llegó a convocar mucha gente y después con el paso del tiempo se fue estabilizando hasta llegar a este tiempo.
Era una actividad nueva, en la que básicamente se buscaba captar e integrar varones y mujeres por igual. Con el correr del tiempo fuimos pasando por distintos lugares… por el Club Carlos Paz, Club Sarmiento y terminamos en el Polideportivo de Santa Rita, donde actualmente nos encontramos.
– Muchos conocen al “Chavo” siendo DT pero, ¿cómo te definirías en tu faceta de jugador?
– Como jugador era un típico sacrificado, producto del entrenamiento. Jugaba de armador en un vóley absolutamente distinto del actual, pero tuve la suerte de tener grandes entrenadores que me fueron formando y fueron incorporando conocimientos que luego en el rol de director técnico me sirvieron mucho.
Mi última actividad como jugador fue en el Club Sarmiento. Además de ser armador también era el capitán del equipo. No era de los dotados físicamente pero con sacrificio y entrenamiento logré ganarme mi lugar.
En la década del 70´ fueron los comienzos como jugador, ya como entrenador empecé en los 90´.
– Es difícil asociar al “Chavo” Vega con otra camiseta que no sea del “Poli”, ¿tuviste chances u oportunidades de emigrar a otros lados?
– Cómo entrenador siempre estuve ligado al “Poli”. Tuve ofrecimientos de diferentes índoles pero siempre me pareció correcto seguir con el proyecto original que era la formación, la captación y el desarrollo de este deporte en Carlos Paz.
Tuve la oportunidad de incursionar en distintos seleccionados provinciales. En algún momento trabajé con la selección nacional juvenil, de hecho lo hice un tiempo y estuve trabajando con los chicos, pero la verdad prefiero el desarrollo del vóley en el club porque me siento comprometido con la ciudad y siento que es una buena propuesta que puedo ofrecer a la comunidad.
– Actualmente, ¿qué rol tenés como técnico?
– Sigo dirigiendo la Primera de varones, también estoy trabajando con la Sub 23 y por supuesto siempre con un ojo atento a lo que sucede en las divisiones inferiores, las que muy bien lleva Maximiliano Manchinú, pero siempre estoy tratando de apoyarlo, ayudarlo y creciendo juntos día a día en esta actividad.
Tengo un grupo de vóley que comenzó siendo recreativo, un grupo muy particular de “gente grande” que todavía tiene muchas ganas de jugar al vóley y que un día me insistieron en jugar en la Liga Cordobesa. Hoy por hoy tenemos buenos resultados, pero sin perder de vista que es un vóley de gente adulta que tiene sus ocupaciones, pero sabe que esto es básicamente divertirse en algo que nos gusta mucho como es este deporte.
– ¿Hay buena materia prima en las inferiores?
– Siempre trabajamos para que los chicos de divisiones inferiores lleguen a Primera. De hecho, la mitad del equipo de Primera son jugadores que tienen menos de 18 años.
También soy consciente que hay chicos con aptitudes y actitudes de querer aprender, hay años que son bastantes flojos pero bueno, en la cantidad siempre va haber calidad, siempre esperanzados de que haya jugadores que nos representen muy bien no solamente en el club, sino en las distintas selecciones a nivel provincial y nacional si les toca estar.
– Si se llega a dar nuevamente la clasificación a la Liga “A2”, ¿la idea es jugarla o se dará un paso al costado?
– Es una ilusión mía poder seguir participando siempre en una Liga “A2”, no solamente me permite crecer personalmente sino que a los jugadores le da un roce interprovincial que no lo da otro tipo de competencia. Sin embargo, estas cuestiones siempre están manejadas por los dirigentes, entonces uno puedo dar una propuesta pero siempre está sujeto a lo que diga la dirigencia.
– ¿El sueño sería llegar algún día a jugar la “A1”, la máxima división a nivel nacional?
– No hay ninguna duda que uno quiere estar creciendo en su actividad, pero llega el momento en que hay que estar consciente de sus limitaciones personales, institucionales, infraestructura y cantidad de jugadores, que hace que uno tenga los pies sobre la tierra y no siempre se puedan cumplir todos los sueños.
De cualquier manera siempre se sigue trabajando de la misma manera y con la esperanza de poder concretarse una posibilidad de jugar en la máxima división del vóley nacional. Estaría bueno participar de alguna manera, no solamente como entrenador, sino aportando de cualquier lugar que se pueda. Me parece muy importante para la ciudad tener un club en ese tipo de competencia.
– Después de tantos años, de tantas victorias y derrotas, ¿qué es lo que seguís teniendo como ambición y hace que sigas en este deporte?
– Básicamente, porque soy un enamorado del vóley. Porque me ha dado las posibilidades de desarrollarme como persona, como entrenador, como padre y formador de jugadores.
Mi vida gira alrededor del vóley y me ha dado prácticamente todo. Estoy muy agradecido a la actividad, siempre ha sido algo que se ha mamado en casa permanentemente. Todo el mundo ha jugado en mi familia. Mi esposa de manera recreativa, mis hijas que han pasado por el “Poli” y por el Pesca, y mi hijo Maximiliano que actualmente juega y se sigue desarrollando en el Polideportivo.
– ¿Queda “Chavo” para rato?
– Llega el momento en que uno debe ir delegando las actividades, por ahora y a corto plazo voy a seguir trabajando en lo mismo.
Estoy muy contento, muy conforme y aún tengo proyectos a la formación de jugadores que este año o el próximo pueden explotar con la calidad y cualidad que tienen y pueden plasmar en este deporte.
Nota correspondiente a la edición n° 376 del semanario La Jornada, del 19 de julio de 2015.
