Ayni, una alternativa educativa que avanza en Villa Carlos Paz

Por Valeria Flesia

Ayni se presenta como “educación pluricultural de gestión social”, funciona en Villa Carlos Paz para jóvenes que ingresarían a la escuela media como una alternativa y en sus propósitos describe: “Generar prácticas de bases comunitarias donde los jóvenes vivencian en talleres de transmisión directa saberes que nos ligan a la vida en la tierra y aprendan en forma integrada los contenidos de la currícula oficial”.

La Ley nacional de Educación desde el 2006 permite que las asociaciones, organizaciones, familias que puedan gestar un modo de educación diferente relacionada con el arraigo en su territorio y sus sabidurías transmitidas de generación en generación.

En esta perspectiva y comenzando su segundo año funciona en Villa Carlos Paz el espacio pluricultural Ayni, “una alternativa a la educación formal como la conocemos y en el marco de la creencia de que, como familia, debemos acompañar a los jóvenes”, indica Cristina Escobar miembro de Ayni y Fundación Pangea.

La experiencia, que está comenzando su segundo año con mayor cantidad de familias integrantes, propone darle una vuelta de tuerca a las cuestiones formales de la educación de los jóvenes en la secundaria: “Tenemos las mismas materias de la currícula oficial con profesores matriculados que acompañan este proyecto y sumamos talleres que, en muchos casos, son pedidos por los mismos alumnos. La diferencia fundamental está en la forma de dictar las clases y de interrelación entre los profesores, los alumnos y las familias. Desde los espacios de dictado que son diversos por ejemplo, este año durante la mañana se dictan clases en el Aula Ambiental de la Municipalidad de Villa Carlos Paz, al mediodía vuelven al espacio Pangea y se prepara el almuerzo para todos (siempre están a cargo dos alumnos por turno y una familia acompaña), por la tarde se realizan talleres en este espacio donde está la huerta o con el Club Andino con quienes los chicos practican escalada y otras actividades y sumamos una escuelita de música que está cerca del Club Carlos Paz. Los chicos se van trasladando de un espacio a otro, lo cual es una experiencia en sí misma”.

El tema de la circulación de la palabra es otra de las características de la experiencia educativa Ayni ya que luego de cada jornada se realiza un “círculo de la palabra” en el cual alumnos y profesores recrean las experiencias del día, aquello que les quedó pendiente, lo que se dificultó entender, lo que aprendieron. “En las reuniones de las familias con los docentes, los jóvenes también tienen la palabra en distintas ocasiones, este año, por ejemplo, les consultamos sobre los talleres que quisieran incorporar y mencionaron fotografía, computación, entre otros y eso vamos a incorporar”.

La Provincia de Córdoba no adhirió aún a la Ley Nacional de Educación que habilita estos espacios pero desde Ayni indican que ya se ha planteado una reunión para marzo de 2016 con el ministerio cordobés para avanzar en la adhesión. Mientras tanto se sigue “haciendo camino” como dice Cristina y cuenta que los alumnos que cursan la experiencia Ayni se inscriben además en la escuela pública como libres y rinden a fin de año las materias para la acreditación oficial: “Por ahora se hace así y debo decir con mucho orgullo que, por lo menos, dos de nuestros alumnos que se presentaron a rendir todo lo hicieron con mucho éxito y recibieron felicitaciones por parte de sus profesores por su formación y capacidad para pensar y relacionar. Por otro lado, también estamos participando junto a otras experiencias educativas de gestión social en la provincia en un espacio conjunto que promuevan este tipo de propuestas entre la sociedad y el Estado”.

Ayni cobijó durante el 2015 a  ocho familias y ya tiene nuevas incorporaciones que comenzarán el año escolar a fines de marzo.

Juan Pablo, uno de los jóvenes alumnos, sintetizó su experiencia: “Somos un grupo pequeño, comenzamos todos juntos y ahora vamos a separarnos en cursos porque ya somos más. En el Aula Ambiental hacíamos reconocimiento de plantas, gimnasia, geografía y matemática. Este año vamos a ir todos los días. Este colegio es muy diferente a los otros, es más abierto, podés interactuar con los profesores, en vez de leer las experiencias de un libro las vas actuando. Entre las clases más teóricas, o sea en el medio, hacemos una artística: pintar, huerta, escalada. Tenemos muchas cosas prácticas. Hicimos el espacio de la cocina, por ejemplo, usando técnicas de bioconstrucción con reciclado, adobe”. Cuando Juan Pablo de 14 años tiene que destacar lo que más le gusta de Ayni, indica: “Rescato sobre todo la posibilidad de dar mi opinión y que sea respetada. Uno no necesariamente tiene que estar de acuerdo con lo que se sostiene acá, puede opinar con los argumentos necesarios y que esa opinión se escuche entre compañeros, profesores y padres”.

Cristina Escobar rescata el trabajo diario: “El espacio lo vamos construyendo entre todos, no solo vienen los jóvenes, sino la familia, que es responsable del funcionamiento de Ayni en todos sus aspectos. Está basado en algo ancestral, no sólo en las culturas americanas, que son las que más conocemos porque vivimos en América, sino en todas. En tiempos remotos,  los chicos no iban a ninguna escuela, se educaban en su comunidad, con sus familias, donde iban aprendiendo los saberes directamente transmitidos por aquellos idóneos de la comunidad. Por otra parte, nuestra tierra, nuestro lugar, las montañas, la tierra, el agua, merece el tiempo de conocerlos y aprender a disfrutarlos respetuosamente”.

Para su mantenimiento, Ayni pide tiene una colaboración de las familias que significa un costo mínimo y cubre los gastos de alimentos y otras necesidades. Por el momento, los docentes se suman voluntariamente a la experiencia ad honorem o con mínimas remuneraciones. “Todos quienes participan están haciendo una apuesta a esta propuesta de cambios en la educación que desde muchos sectores son reclamados como teoría sin animarse a la experiencia. Quienes forman parte del plantel docente y las familias de Ayni proponen otra cosa y actúan en consecuencia: brindar una educación diferente pensando en un joven que se cuestione su realidad social, que pueda construir un pensamiento crítico desde la libertad de conocer y comprometerse con su entorno”, declaran.

Las clases en Ayni comenzarán a fines de marzo, las familias pueden llegarse a conocer la experiencia a Oscar Wilde 50 de barrio La Cuesta en Villa Carlos Paz y hasta participar de la terminación de la cocina y el acondicionamiento de talleres que realiza la comunidad educativa en su conjunto a partir del próximo miércoles 2 de marzo.

Las clases se brindan todos los días de 9 a 15 hs.  También, para solicitar una entrevista, pueden comunicarse al 3541-15579641.

 

Nota correspondiente a la edición n° 406 del semanario La Jornada, del 28 de febrero de 2015.

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