El 2019 está a la vuelta de la esquina y Avilés lo sabe. El intendente carlospacense se plantea un doble objetivo político para el año próximo: el primero, y más importante, asegurar de alguna manera que su carrera política continúe en el orden provincial, al menos como legislador; el segundo, garantizar la continuidad de la actual gestión al frente del Palacio 16 de Julio.
Y para esto desplegó, en el último mes, una batería de medidas que incluyó desde lanzar la campaña por el tercer período en un acto institucional como es la apertura del período de sesiones del Concejo de Representantes, atacar rabiosamente a la oposición, ‘bendecir’ su candidato y, ahora, posicionarlo usando escandalosamente fondos y espacios públicos.
El elegido para sucederlo es Daniel Gómez Gesteira. Hombre de extrema confianza, el expresidente del tribunal de Cuentas forma parte del reducido ‘círculo rojo’ del mandatario.
La única ‘debilidad’ del plan, en términos electorales, es su escaso nivel de conocimiento entre los vecinos. Es que si bien milita en política desde hace muchos años, Gómez Gesteira hizo un culto del perfil bajo y se mantuvo siempre a la sombra de Avilés. Pero ahora necesita tomar vuelo.
Para solucionar este inconveniente, Avilés diagramó una estrategia que está en pleno desarrollo.
En primer lugar creó un puesto en el municipio a la medida de alguien que será candidato: la secretaría de Coordinación de Gabinete.
“Para nosotros es una herramienta importante de gobierno para profundizar la coordinación entre las áreas, las instituciones intermedias y potenciar la presencia del Ejecutivo en las relaciones con el Concejo”, señaló Avilés cuando le tomó juramento a Gómez Gesteira en su nuevo puesto, el 9 de agosto pasado.
Una afirmación difícil de creer, teniendo en cuenta que la ‘gestión Avilés’ lleva casi 8 años de gobierno. Es decir, si recién se dieron cuenta que esa secretaría es muy importante faltando menos de un año para finalizar el mandato… alguien no hizo bien los deberes.
Es más, la jefatura de Gabinete fue creada a fines del año pasado y figura en el organigrama 2018 con un presupuesto de 2,5 millones de pesos. Pero nunca había sido ocupada hasta ahora.
El cargo le garantiza a Gómez Gesteira una altísima exposición ya que, por lo demostrado hasta ahora, su principal tarea parece consistir en participar de cada evento o acto del municipio, sacarse fotos, y realizar unas breves declaraciones a la prensa oficialista que lo sigue a todos lados, incluyendo siempre el slogan ‘gestión comunitaria’.
A tal punto llegó esto que las gacetillas municipales del último mes bien podrían transformarse en el álbum de figuritas de D.G.G., sin nada de envidiarle a las L.O.L. que tanto le gustan a las niñas.
Pero para reforzar el andamiaje ‘marketinero/periodístico/institucional’, se armó una agresiva campaña publicitaria montada sobre los fondos públicos. Spots para Tv y radio, banners para sitios digitales y avisos gráficos fueron diseñados especialmente para ‘informar’ a los vecinos que Daniel Gómez Gesteira es el nuevo secretario de Coordinación de Gabinete. Insólito. En la historia de Villa Carlos Paz no debe haber ni un caso en que la designación de un simple funcionario haya merecido tamaña campaña. Y que Avilés resigne su protagonismo narcisista solo es entendible leyendo todo en clave 2019.
No contento con esto, fue un paso más allá todavía y utilizó el reverso de los cedulones municipales que llegan a las viviendas de todos los contribuyentes para consolidar la campaña de posicionamiento.
Todo está prohibido, digámoslo, por la ordenanza Nº 5264, referida a que el municipio debe “abstenerse de utilizar cualquier forma de comunicación institucional que importe promover explícita o implícitamente intereses personales”.
La normativa rige desde 2010 y fue aprobada a instancias del entonces concejal Avilés, molesto porque en toda la comunicación oficial aparecía la leyenda ‘Gestión Felpeto’. Hoy, como intendente, esas cosas ya no lo irritan. Todo lo contrario.
Sobre el incumplimiento de la ordenanza los ediles de la oposición presentaron días pasados un proyecto de resolución que, obviamente, fue rechazado por el oficialismo legislativo. Y el pedido para que intervenga en el tema el Auditor de Gestión sigue en comisión.
Mientras, todo sigue adelante sin ningún atisbo de -al menos- pudor.
