"Alunizar", un documental argentino que pone bajo la lupa la televisación de la llegada a la Luna

Entre las curiosidades del último cine argentino documental se recorta “Alunizar”, ópera prima de Pepa Astelarra y Lucas Larriera que aborda el fenómeno comunicacional de la llegada del hombre a la Luna en julio de 1969, en comparación con la cobertura del Cordobazo, que había tenido lugar en mayo de ese mismo año.

Alunizar - DocumentalDos jóvenes cineastas argentinos egresados de la Universidad del Cine intentan resolver una mentira que, aseguran, escondió la televisión cuando en 1969 transmitió la primera pisada del hombre en la Luna, recién bajado del módulo conocido como LEM del proyecto Apollo.

La misión espacial Apollo XI, llegó a la luna como culminación del plan que había lanzado John F. Kennedy muchos años antes, y con ella un montaje internacional que, en la Argentina, incluyó la inauguración de la Estación Terrena de Balcarce, que permitió la transmisión en directo de aquel momento.

Rápidamente quedó establecido que aquella primera pisada en el suelo polvoriento fue la de Neil Armstrong, acompañada por una frase para el bronce, y que poco después, las imágenes de poca resolución, aquí en blanco y negro, demostraron que se trataba de una nueva conquista para la bandera de las barras y las estrellas.

El registro, lo que se vio, quedó estampado como verdad, es decir que lo que se mostró era prueba suficiente de que la Nasa había cumplido con el designio de Kennedy y no había nada más que discutir.

Sin embargo, y más allá de las conjeturas de incrédulos que aseguraban que eso no había ocurrido, o que era una simulación muy convincente, que se llegó a aventurar que había sido recreada por Stanley Kubrick, los dos cineastas argentinos debutantes, intentan resolver que aquel “vivo y en directo” a muchos miles de kilómetros, fue tramposo.

El análisis del dúo de directores intenta ser semiótico, en la medida en que se respalda en una investigación de Mirta Varela acerca de la televisión argentina y se detiene en cómo se encaró la cobertura de la revuelta popular que puso en jaque los deseos del dictador Juan Carlos Onganía de perpetuarse en el poder.

Para el registro de los hechos de actualidad no existía todavía el soporte magnético, más allá de que la Apollo portaba cámaras que no necesitaban de filme convencional para llevar imágenes lejos.

Las imágenes del Cordobazo no mentían, pero sí el discurso del periodista que lo relataba, mientras que en el caso de aquel alunizaje, y según los cineastas, se dio lo contrario y las imágenes mintieron.

Detrás de la que se supone es el primer registro de un astronauta pisando la luna hay un reflejo que delata que antes que ese hombre ya había otro, y esta es una prueba que cambia por completo la idea de “verdad”.

En ese punto de partida se paran Astelarra y Larriera para contar su versión de lo que ocurrió, con testimonios diversos, ya sea técnicos o periodistas, tal el caso de Mónica Mihanovich -que condujo aquella transmisión- y muchas otras voces.

Según precisó Larriera a Télam, “la relación del Cordobazo con la llegada del hombre a la luna partió de un libro de Mirta Varela, y por eso le pedimos que delante de cámara exprese la idea de que lo está escribiendo”.

“Ese fue el dispositivo para estructurar la película, es decir, acompañar la búsqueda de Mirta acerca de la historia de la televisión local y así llegar a la relación entre el Cordobazo y el alunizaje”, explicó el joven cineasta.

“Era como pasar la idea del vivo, o del casi en vivo, de la radio a la televisión”, sostuvo Astelarra y aseguró que “si bien las cosas todavía requerían un proceso, era casi inmediato, no una selección de edición muy precisa, pero el caso de la llegada del hombre a la luna fue muy preciso, en vivo y directo como se decía”.

“A diferencia de lo que ocurrió en la luna, donde ya se sabía dónde y qué iban a filmar, el cronograma de viaje en el Cordobazo -abundó-, las tomas en 16 mm. se revelaban y salían al aire, y tenían algo de ‘vivo’ en el sentido de que no podían manipularlo demasiado”.

“El hecho de ir a Córdoba y contactarnos con los camarógrafos que trabajaron durante el Cordobazo pero que también lo hicieron en el canal cuando fue el alunizaje, lo manejaban con la voz en off, algo que en el libro de Mirta no estaba: es decir la censura iba por el texto”, especificó.

En la industria del cine, Larriera se ha desarrollado como sonidista y Astelarra como montajista, y juntos, llevan adelante su propia productora de guiones bautizada Proyecto Apollo, y escriben su próximo documental acerca del filósofo y artista Esteban Lisa.

Télam

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