Por Daniel Ribetti, concejal (Carlos Paz Despierta)


El anuncio del intendente Esteban Avilés de cobrar $5,000 por consulta en el hospital municipal a los no residentes de Villa Carlos Paz, entre otros montos mayores, fundamentalmente turistas y algunos vecinos de municipios cercanos, no tiene sustento ni económico ni sanitario. Esta decisión, presentada como un intento de aliviar las finanzas municipales y proteger los recursos locales, carece de argumentos sólidos y parece más un movimiento político que una medida seria de gestión pública.
Un presupuesto robusto y mal gestionado
No estamos ante una crisis financiera que justifique este cobro. En 2025, el municipio dispone de $81,000 millones, una cifra que refleja un crecimiento presupuestario del 118% respecto al año anterior, muy por encima de la inflación interanual estimada en 55%. Sin embargo, esta abundancia presupuestaria no se traduce en una administración eficiente.
Carlos Paz tiene un empleado municipal por cada 38 habitantes, uno de los índices más altos del país. Este ejército de trabajadores consume más del 63% del presupuesto en salarios, gastos corrientes como la cuenta de Cotreco y pago de deudas. Además, la gestión de Avilés se caracteriza por un uso discutible de recursos públicos: los fuegos artificiales de fin de año, que costaron $15 millones en apenas diez minutos, podrían haber financiado la atención de 3,000 turistas en la guardia del hospital a $5.000 c/u.
Un argumento sanitario inexistente
Desde el punto de vista sanitario, tampoco hay justificación para esta medida. El gobierno local no ha presentado estadísticas que cuantifiquen la demanda de los municipios vecinos, que cuentan con sus propios sistemas de salud, ni ha demostrado el impacto económico que supone atender a los turistas. Si estos datos existieran y fueran significativos, se habrían expuesto y en la sesión no los mencionaron.
Además, el tratamiento de la salud pública en la ciudad ya venía siendo arancelado con un bono contribución de dudosa transparencia. Este mecanismo, no auditado por órganos de control, evidencia un manejo opaco del cobro a las obras sociales, que obliga a los pacientes a declarar su cobertura en plena guardia, discriminando el acceso al servicio.
Una estrategia política con trasfondo electoral
Más allá de los débiles argumentos económicos y sanitarios, lo que subyace aquí es una jugada política. Avilés envía un mensaje con múltiples destinatarios:
- Al electorado libertario local, le ofrece una medida populista de derecha, bien vista entre quienes respaldan las políticas de cobro a los no residentes, aunque en este caso se trate de turistas nacionales y de vecinos de San Antonio o Cuesta Blanca.
- Al gobernador de la provincia, le insinúa que el hospital municipal, ya demasiado grande para su gestión, debería pasar a manos provinciales y entre líneas pide más plata..
La ausencia del intendente defendiendo esta medida refuerza la lectura de que no busca soluciones reales sino posicionarse políticamente, aprovechando la temporada alta y la atención mediática centrada en los eventos de verano.
Un libertario de fachada
Avilés intenta reposicionarse ideológicamente hacia el libertarismo, pero sus acciones desmienten su narrativa. Su gestión se caracteriza por el gasto excesivo en pauta publicitaria, el aumento de tasas por encima de la inflación, la falta de transparencia en las finanzas, el ocultamiento de funcionarios con cuestionamientos judiciales y la precarización de las instituciones intermedias como los centros vecinales.
La salud pública no puede ser un instrumento de especulación política ni una herramienta para generar incertidumbre en vecinos y turistas. Usar el hospital y la atención médica como excusa, en un contexto de crisis con altos niveles de vulnerabilidad social, para enviar mensajes políticos es, como mínimo, irresponsable y vergonzoso, este tipo de situaciones se arreglan con gestión, dialogando en serio con los otros órdenes de poder, provincia y nación y no con este show patético e infantil. Como vecino hasta siento vergüenza, de que los turistas lean estos titulares, ni hablar de nuestros vecinos.
Avilés pretende vestirse de libertario, ponerse la peluca, pero su gestión lo pinta como todo lo contrario: un político que prioriza el espectáculo sobre las prioridades, y que está dispuesto a sacrificar la confianza en el sistema de salud por un titular pasajero.
QUE DECEPCIÓN TAN GRANDE QUE ME HE LLEVADO CON ESTEVAN AVILÉS .