“El ultimo café” (Galería Acuario – Villa Carlos Paz – 2015)
Me enteré días atrás que el café salió aguado desde La Acuario.
Nada grave.
Solo eso. El café en la zona del centro de la Villa… salió medio chirle… medio tristón.
La razón de tal misterio no hay que buscarla en Brasil ni en Colombia, ni en la marca de la infusión más popular del mundo occidental a la hora de la pausa; hay que buscarla en un retiro… en un necesario y merecido retiro de un auténtico personaje de esta villa.
Juan Carlos Birocco, el Señor Café de Villa Carlos Paz, colgó la bandeja, pidió la cuenta… se jubiló.
No solo la Acuario y sus mesas disfrutaron de su profesionalidad y simpatía, sino que, gracias a su bandeja-delivery, atendía a los locales comerciales de la famosa galería de la pecera… y también la de otros complejos comerciales.
También se van a extrañar sus veloces incursiones con la bandeja cargada cruzando la Alem (de ese periplo deriva esta foto de celu que me costó recuperar de un par de años atrás), y ni hablar de los cruces de la 9 de Julio atiborrada de autos turistas y algún bocinazo amistoso que delataba ser un carlospazonzo que lo saludaba.
– “Ahí va pasando el mozo”…
Era su habitual aviso auto-referencial para evitar colisiones, el trauma de un mozo con las consabidas manchas… esas que no salen.
El café siempre en destino, siempre enterito, siempre caliente… y siempre el plus de la simpatía y el respeto de este profesional de la gastronomía… que estiró su retiro un par de años, más allá de la jubilación, por esa pasión que perdura al haber encontrado su verdadera vocación.
Se lo va a extrañar. Sobretodo lo extrañarán las chicas, en esa amplia franja de 18 a 80 años que trabajan en los comercios centrales y que lo tienen como ídolo urbano cafeteril.
No va más.
A descansar, Birocco. A disfrutar.
Ante… Birocco, tráeme el ultimo café… pero que no sea una lágrima!!!
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Nota correspondiente a la edición n° 488 del semanario La Jornada, del 22 de octubre de 2017.
