Marea Verde: el aborto, a un paso de ser legal, seguro y gratuito

Por Agustina Sosa

Tras casi 22 horas de sesión, la Cámara de Diputados dio media sanción el jueves pasado al proyecto de legalización del aborto. Por 129 votos contra 125, y con una oleada verde de jóvenes custodiando el edificio del Congreso a pesar del frío, el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo quedó a un paso de convertirse en ley.

La legalización del aborto es uno de los reclamos más importantes enmarcados en la agenda de la lucha por los derechos de las mujeres en Argentina. Actualmente, el Código Penal enumera en cuatro artículos (del 85 al 88) las diferentes figuras del delito de aborto:

ARTÍCULO 85. – El que causare un aborto será reprimido:
1º Con reclusión o prisión de tres a diez años, si obrare sin consentimiento de la mujer. Esta pena podrá elevarse hasta quince años, si el hecho fuere seguido de la muerte de la mujer.
2º Con reclusión o prisión de uno a cuatro años, si obrare con consentimiento de la mujer. El máximum de la pena se elevará a seis años, si el hecho fuere seguido de la muerte de la mujer.

ARTÍCULO 87. – Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que con violencia causare un aborto sin haber tenido el propósito de causarlo, si el estado de embarazo de la paciente fuere notorio o le constare.

ARTÍCULO 88. – Será reprimida con prisión de uno a cuatro años, la mujer que causare su propio aborto o consintiere en que otro se lo causare. La tentativa de la mujer no es punible.

A diferencia de lo que rige en el presente, el proyecto que obtuvo media sanción en Diputados establece en el Artículo  que “toda mujer tiene derecho a decidir voluntariamente la interrupción de su embarazo durante las primeras catorce semanas del proceso gestacional”.

Además, otro de los ejes centrales, es que el actual proyecto (impulsado por legisladoras feministas de distintos partidos políticos) sostiene en los Artículos 11 y 12 la derogación de los Artículos 85, 86 y 88 del Código Penal, anteriormente mencionados.

Pero quizás la particularidad trascendental en la que gira el debate, sea que tal como lo estipula el Artículo 3 del nuevo proyecto, toda mujer tiene derecho a interrumpir su embarazo en los siguientes casos:

  1. Si el embarazo fuera producto de una violación, con el sólo requerimiento y la declaración jurada de la persona ante el profesional de salud interviniente.
  2. Si estuviera en riesgo la vida o la salud física, psíquica o social de la mujer, considerada en los términos de salud integral como derecho humano.
  3. Si existieren malformaciones fetales graves.

Esto significa que las prácticas profesionales establecidas en esta ley se efectivizarían sin necesidad de autorización judicial previa.

Este punto, que se basa nada más ni nada menos que en la capacidad de elección de cada mujer sobre su propio cuerpo, fue disparador de una serie de disparates que quienes seguimos de cerca el debate pudimos escuchar esa madrugada. Tal es el caso, por ejemplo, de la diputada Estela Regidor quien argumentó: “Seguro que muchos de ustedes tienen mascotas ¿Qué pasa cuando una perrita queda embarazada? No la llevamos al veterinario a que aborte, enseguida salimos a buscar a quién regalarle los perritos”. Pero otros diputados llegaron un poco más lejos, como el caso de Nicolás Massot que afirmó “nunca en democracia nos animamos a tanto, tampoco en esos momentos (en la dictadura) nos animamos a tanto”, dirigiéndose a Horacio Pietragalla y Juan Cabandié, ambos hijos de padres desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar.

No obstante, al tinte de color verde esperanza lo desplegaron las decenas de miles de jóvenes a las que tan bien describe Luciana Peker cuando denomina a este agente vanguardista como “la revolución de las hijas”. Una a una o en grupo fueron llegando desde la mañana del día anterior, con brillantina en sus rostros, el infaltable pañuelo verde que se ha vuelto insignia de la lucha feminista, celulares cargados y carteles dignos de una creatividad tan adolescente como privilegiada. También asistieron manifestantes autodenominados “pro-vida”, con pañuelos celestes y banderas azules y blancas, para posicionarse en contra de la despenalización del aborto. Cabe destacar que ambos grupos fueron inteligentemente separados para evitar conflictos y posicionados en calles paralelas que dibujaban desde arriba una nueva grieta (¿quizás no tan nueva?) entre los sectores ligados al feminismo y otros fuertemente identificados con el conservadurismo clerical.

En ese sentido, también es necesario recordar que la mayoría de las ponencias de los diputados y diputadas que se posicionaron negativamente frente a este proyecto, comenzaron relatando experiencias en primera persona y haciendo hincapié en la religión profesada, mayoritariamente católica y evangelista. Sin embargo, todo parece demostrar que esta nueva “grieta” que divide al país encuentra a otros sectores antagónicos partidariamente y los une en un punto imposible de imaginar décadas atrás: la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Tal es así, que en la foto general de la votación se pudo ver a Daniel Lipovetzky (PRO), Mayra Mendoza (FPV), Karina Banfi (UCR- Cambiemos), Silvia Horne (Movimiento Evita), Mónica Macha (FPV), Lucila De Ponti (Movimiento Evita), Victoria Donda (Libres del Sur), Araceli Ferreyra (Movimiento Evita) tomados de la mano en la calle.

Otro rasgo que coronó una noche histórica fue el silencio respetuoso que cubrió el parlamento cuando el presidente del bloque del Frente Para la Victoria, Agustín Rossi, desplegó su discurso apelando a la solidaridad: “Pido a todos los diputados que voten en el mismo sentido que yo voto por las hijas de todos ustedes. Si mis hijas quieren hacerse un aborto, lo puedan hacer en un lugar sano, seguro y legal”.

Y el conmovedor cierre de la diputada de Cambiemos, Silvia Lospennato, quien recordó y honró la lucha de Martha Rosenberg, Marta Aanis, Nelly Minyersky, Diana Maffía, Mabel Bianco, Silvina Ramos, Virginia Franganillo, Loana Berkins, Carmen Argibay, Dora Coledesky, Verónica Barzano, entre otras. Una de las fotos más reproducidas en las redes sociales es la del abrazo de Lospennato con Lucila De Ponti, una de Cambiemos y otra del Movimiento Evita, por detrás de los rostros pocos alegres de Elisa Carrió y Nicolás Massot.

Pero más allá de lo disputado y discutido en las bancas del Congreso, y amén de la acertada apertura del debate por parte del presidente Mauricio Macri (a pesar de su opinión contraria a la legalización), fue la dialéctica entre las circunstancias históricas y las banderas de la lucha feminista que ya tiene décadas de vida en nuestro país, las que lograron materializar esta utopía. Banderas que hoy son levantadas por adolescentes movilizados en una pelea genuina, muchas veces avasallante y sorprendente, que por su edad aún no pueden ocupar bancas en el Congreso de la Nación, pero que sin dudas prometen un futuro mejor.

Fotos: Marcos Mattos

Cómo, dónde y cuándo sigue el debate

Se estima que la iniciativa ingrese en la Cámara alta esta semana, y una vez ahí se definirá la cantidad de comisiones que deberían participar de su tratamiento. Además de la comisión de Justicia, presidida por el legislador justicialista Pedro Guastavino, también intervendrían la comisión de Salud Pública y de Legislación General, presididas por Mario Fiad (UCR) y Ada Itúrrez de Cappellini (Frente Cívico por Santiago).

El primer bloque de senadores que se pronunció a favor de la legalización del aborto fue el Frente Para la Victoria-PJ, presidido por Marcelo Fuentes. Este bloque suma además ocho senadores, entre los que se encuentra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

En tanto el titular del interbloque Argentina Federal, Miguel Ángel Pichetto, pronosticó que “habrá un efecto imparable y la ley va a salir del Senado. Tengo confianza en que la ley va a salir”.

Por su parte, el jefe del interbloque Cambiemos, Luis Naidenoff, declaró que “el senado tiene que hacerse cargo de la demanda ciudadana y legislar realidades”.  El radical concluyó: El aborto no es una cuestión de fe sino de salud pública”.

Si bien todo parece indicar que el proyecto saldría victorioso, las senadoras Silvia Giacoppo (UCR-Jujuy), Silvia Elías de Pérez (UCR-Tucumán) y Marta Varela (PRO-Ciudad de Buenos Aires), anticiparon que tanto la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Gabriela Michetti como el senador y presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, se opondrían a la despenalización.

El tiempo estimado antes de la votación es de dos o tres semanas de tratamiento.

 

El impacto social del apoyo a la legalización del aborto

Este proyecto histórico e intensamente debatido hace décadas en distintos puntos claves e instituciones, llegó a la cúpula del Poder Legislativo gracias a la fuerza de miles de mujeres. Pero también cabe destacar que como se puede ver en el sitio web de la causa (www.abortolegal.com.ar) el proyecto cuenta “con la adhesión de 305 grupos, organizaciones y personalidades vinculadas a organismos de derechos humanos, de ámbitos académicos y científicos, trabajadoras/es de salud, sindicatos y diversos movimientos sociales y culturales, entre ellos redes campesinas y de educación, organizaciones de desocupadas/os, de fábricas recuperadas, grupos estudiantiles, comunicadoras y comunicadores sociales, etc”.

Es notable el rol que ocuparon, ocupan y ocuparán las redes sociales en este debate, mecanismo de puja de los intereses de cientos de usuarios que minuto a minuto comparten información, fotos de movilizaciones, opiniones, convocatorias, etc.

De estas redes se sirvieron muchas actrices argentinas a favor de la despenalización del aborto y con ellas fueron tejiendo un manto de contención que las agrupó. Entre las más reconocidas se encuentran Dolores Fonzi, Florencia Peña, Carla Peterson, Florencia de la V, Nancy Duplaá y Verónica Lozano.

Las actrices argentinas cobraron tal relevancia en la discusión, que el medio público BBC publicó una foto de ellas en las afueras del Congreso, en el suplemento dedicado a la mujer, conocido como BBC 100 Women.

Las cifras dicen que en nuestro país alrededor de 500 mil mujeres recurren al aborto clandestino por año. Esto demuestra que el eje del debate no es aborto sí o no, sino cómo evitar que mueran más mujeres en clandestinidad. Los datos arrojan que desde 1983, han muerto más de 3000 mujeres como consecuencia de abortos inseguros. Esta gigantesca deuda que la democracia tiene para con nosotras, ha costado la vida de mujeres jóvenes, generalmente en situación de pobreza. Quizás legalizar el aborto implique además comenzar a atravesar los sinuosos caminos de un tema tabú, en lugar de seguir parados al costado del camino. Seguramente atravesando el problema encontraremos que podemos reducir la cantidad de muertes, e incluso, la cantidad de abortos. Será necesario y urgente reclamar que este proyecto –si se convierte en ley- no corra la misma suerte que la ley de Educación Sexual, fuertemente ignorada por los establecimientos educativos de las provincias argentinas.  

Es cierto que la educación sexual es la piedra fundamental de mejores condiciones de vida. Es cierto que el sistema de salud no goza actualmente de las mejores condiciones, aunque los expertos aseguran que es menos costoso económicamente el procedimiento de un aborto que, por ejemplo, el de un parto (sin querer decir que uno debería reemplazar al otro, obviamente). Pero frente a esto cabe preguntarnos: ¿cuánto vale la vida de una mujer?

Cuando hablamos de aborto siempre salen los mismos temas. Cuándo comienza la vida, cuándo es un embrión y cuándo una persona. Cómo debería cuidarse una mujer y qué debería hacer con su cuerpo y su vida sexual. Salen experiencias personales a la luz y comparaciones hasta ridículas. Se plantean supuestos pseudo filosóficos de tipo “vos podés opinar porque naciste”. Pero se pierde de vista muchas veces que el aborto es una acción recurrente, que existe desde siempre, y fundamentalmente, que el aborto es una cuestión de salud pública.

Lejos quedarán las opiniones, las experiencias personales, las religiones y todo lo dicho en los debates del Congreso. Pero el aborto seguirá existiendo. De nuestros legisladores, de nuestros gobernantes, de nuestros jueces depende que el aborto sea primero legal, para luego poder ser seguro y gratuito.

Y de nosotros y nosotras dependerá que más urgente que tarde, el reclamo se materialice. Pase lo que pase, la marea verde de jóvenes feministas seguirá creciendo.

Ojalá el Estado esté a la altura de las circunstancias.

 

En Villa Carlos Paz hubo ‘pañuelazo’ de vigilia por el aborto legal, seguro y gratuito

Más de 150 personas le dieron marco el pasado miércoles por la tarde en pleno centro de Villa Carlos Paz al “pañuelazo de vigilia”, mientras en la cámara de Diputados de la nación se debatía el proyecto por la Interrupción Voluntaria del Embarazo, finalmente aprobado.

La concentración, convocada por el Colectivo #NiUnaMenos Villa Carlos Paz, tuvo lugar en 9 de Julio y San Martín y levantó las banderas de la campaña nacional por el aborto legal, seguro y gratuito.

“Sobrevivir a un aborto es un privilegio de clase”, “las ricas abortan, las pobres mueren”, “no estamos todas; faltan las muertas por abortos clandestinos” fueron algunos de los carteles que se vieron en la concentración caracterizada por una fuerte presencia de mujeres jóvenes.

“Hemos logrado como colectivo una tarde histórica en nuestra ciudad. Decenas de pibas y pibes le dieron fuerza a este pañuelazo”, valoró Florencia Santillán, vocera del colectivo #NiUnaMenos. Y remarcó: “A pesar de que Avilés y sus aliados no impulsaran la adhesión del Concejo de Representantes a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, quedó más que demostrado que Villa Carlos Paz tiene un gran polo de lucha, que sale a las calles en defensa de las vidas y los derechos de las mujeres”.

Cabe recordar que la semana previa a la votación, los concejales del Frente Cívico Walter Gispert, Gustavo Molina y Oscar Sequeira presentaron un proyecto para que el cuerpo legislativo adhiera a la campaña nacional por el aborto legal, seguro y gratuito. Sin embargo, la iniciativa no contó con los votos necesarios para ser tratada sobre tablas y pasó a comisión.

Durante el “pañuelazo” también se volvió a pedir justicia por Andrea Castana, la joven carlospacense asesinada brutalmente el 11 de marzo de 2015 en el Cerro de la Cruz. En este sentido, bien vale destacar la presencia de Macarena López Salvans, amiga de Andrea.

Al finalizar la concentración, parte de la manifestación se trasladó hasta la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, donde se repudió la actitud de la iglesia católica respecto al aborto.

 

Voces

Cánticos, color y mucha juventud se vio en pleno centro de Villa Carlos Paz durante el ‘pañuelazo’ a favor del aborto legal.

VillaNos Radio habló con varias de las jóvenes que se acercaron para ser parte de esta jornada histórica.

Rocío: “Es un tema importante a nivel social. Hay que tener empatía por el otro y dar cuenta de una situación que es real y pasa, que es la muerte de muchas chicas en la clandestinidad”.

Jorgelina: “Yo estoy en contra del aborto. Pero sé que hay chicas que mueren en prácticas clandestinas, con instrumentos que no son aptos para esa práctica y gente que no tiene conciencia o no sabe cómo se hace un aborto. Por eso estoy acá”.

Victoria: “Esta es una problemática que se tiene que ver. Hoy tenemos la posibilidad de que sea ley y seguir luchando por las personas que ya no están y por las que quieren hacerlo de forma legal, segura y gratuita”.

Ignacia: “La verdad es que me emociona mucho que nos hayamos juntados tantos jóvenes y tantas personas, luchando por la misma causa. Fue un evento hermoso”.

 

El defensor del Pueblo de Villa Carlos Paz, a favor del aborto legal, seguro y gratuito

El defensor del Pueblo de Villa Carlos Paz, Daniel Mowszet, fijó postura públicamente a favor del aborto legal, seguro y gratuito.

Lo hizo a través de una publicación en su perfil de Facebook (previa a la media sanción del proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo) donde recuperó los argumentos que, sobre el tema, expresó en su momento René Favaloro.

“Estoy a favor de las miles y miles de vidas de mujeres que se perdieron en estos años y de las que el miércoles los diputados (y más tarde los senadores) pueden salvar.

Las creencias personales pueden esperar, las mujeres no”, escribió Mowszet.

 

El posicionamiento

La publicación de Mowszet expresa textualmente: “Cuando asumí como Defensor del Pueblo el 2 de Enero de este año mencioné en el discurso a mi referente, que es René Favaloro. Es mi referente tanto en la medicina como en su planteo acerca de la función social y ética que tiene cada persona desde los lugares profesionales que ocupa.

En este sentido, no puedo dejar de recordar esas palabras de René Favaloro en 1996, hace 22 años y cuando ninguno de nosotros podía creer que íbamos a vivir para ver como la interrupción voluntaria del embarazo, un tema que siempre fue tan tabú, iba a estar sobre la mesa debatiéndose nada más y nada menos que en el Congreso Nacional.

La posición de Favaloro era sencilla pero muy revolucionaria para la época, el decía: “Legalizar el aborto significa que las chicas pobres dejen de caer en ese horroroso mundo del aborto clandestino que la puede llevar a la muerte porque no se muere una, se mueren cantidades allí, y por el contrario la niña privilegiada de la familia rica va a una clínica de prestigio, se lo hacen sin que nadie se entere y listo. Esa desigualdad hay que combatirla”.

Hoy, a poco más de un día de que los diputados tengan que votar el proyecto, hago mías las palabras del Favaloro de 1996.

El debate sobre la condición del feto o del embrión antes de las 14 semanas es una discusión filosófica y religiosa que nada tiene que ver con la urgencia que implica una problemática de salud pública que es la de mujeres muriéndose en la clandestinidad de una práctica quirúrgica delicada que no puede seguir realizándose de forma insegura.

Tengo la certeza de que el aborto va a ser legal, seguro y gratuito. No sé si este año, el próximo o el otro. Pero, como todos los avances del mundo en materia de sacar actividades del oscurantismo moral para asegurar igualdad, va a salir.

La diferencia entre que salga este año o el próximo será la cantidad de mujeres que mueran en ese tiempo.

Estoy a favor de las miles y miles de vidas de mujeres que se perdieron en estos años y de las que el miércoles los diputados (y más tarde los senadores) pueden salvar.

Las creencias personales pueden esperar, las mujeres no”.

 

Nota correspondiente a la edición n° 519 del semanario La Jornada, del 11 de junio de 2018.

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