Los ruidos molestos en la costanera, un reclamo que no encuentra respuestas

Si bien se arrastra desde hace mucho tiempo, el problema de los ruidos molestos en la costanera de Villa Carlos Paz comenzó a escalar agresivamente ante la pasividad del gobierno municipal.

Es que, especialmente para quienes viven en los barrios Sol y Lago, Santa Rita, Los Pinos y Costa Azul, descansar tranquilamente de noche se convirtió, en los últimos años, en una tarea poco menos que imposible. Sobre todo, en verano.

Escapes de motocicletas y autos que emiten estruendos con niveles muy superiores a los permitidos, y los automóviles que reproducen música con parlantes a todo volumen haciendo vibrar las ventanas de los domicilios situados hasta una cuadra de distancia, son moneda corriente.

Por estos temas, y otros, los reclamos al teléfono 147 de la municipalidad se cuentan literalmente por miles.

Los vecinos exigen, nada más ni nada menos, el acabado cumplimiento de las ordenanzas vigentes en materia de seguridad y ruidos molestos, con la consecuente supervisión y contralor por parte de la municipalidad.

En abril de 2021, y haciéndose eco de esta situación, el Concejo de Representantes unificó un proyecto presentado por Natalia Lenci y otro del departamento ejecutivo, y sancionó una ordenanza modificando la normativa vigente en materia de ruidos, y fijando fuertes multas para los infractores, llegando incluso en algunos casos a la suspensión de la licencia de conducir.

‘Queda prohibido dentro de los límites del ejido municipal: causar, producir o estimular ruidos innecesarios y/o excesivos que, propagándose por vía aérea, afecten o sean capaces de afectar la tranquilidad y/o la salud pública’, expresa el primer artículo de la normativa.

Relacionado a esta problemática se considera que causa, produce o estimula ruidos con afectación al público ‘el solo hecho de circulación de vehículos de tracción mecánica, desprovisto de silenciador, alteración de los mismos que modifique el estado original del escape de gases, deficiencias de funcionamiento, salidas directas total o parcial de gases de escape no acordes a normas reglamentarias vigentes’. También, entre otros ítems, la circulación de vehículos dotados de bocina de tono múltiples o desagradables, bocinas de aire comprimido, sirenas, silbatos o campanas; las aceleradas a fondo (“picadas”); mantener el vehículo con el motor en marcha a altas revoluciones; y la realización de cantos o ejecuciones musicales en ámbito público, salvo que fueran previamente autorizados por el organismo municipal competente.

‘Esta ordenanza es el resultado de un pedido implorado por vecinos de distintos barrios de nuestra ciudad. Ahora solo resta el control vehicular y la aplicación de las medidas’, destacó en aquella oportunidad Lenci.

Sin embargo, los reclamos se mantienen, los controles brillan por su ausencia y las respuestas no aparecen.

No hay más que recorrer el tramo norte de la costanera, cualquier noche, para constatar esta situación.

Cansados de no ser escuchados por las autoridades, los vecinos empiezan a buscar otras opciones.

Durante febrero, trascendieron dos casos que, afortunadamente, no pasaron a mayores.

En ambas ocasiones, los vecinos que fueron personalmente a reclamar a la costanera registraron en video lo que estaba sucediendo y fueron increpados.

Las imágenes fueron difundidas en las redes de Carlos Paz Despierta.

‘Ruidos molestos. Nuevas agresiones a vecinos de Santa Rita que no pueden dormir. ¿Y las autoridades municipales? ¿Cuál es la solución?’, se preguntaron desde el espacio que referencia el candidato a intendente Emilio Iosa.

La respuesta la tiene el municipio, pero debe haber voluntad política para hacer respetar las ordenanzas algo que, hasta el momento, no existe.

Nota correspondiente a la edición n° 586 del periódico La Jornada, del 22 de febrero de 2023.

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