Con goles de Gabriel Mercado a los 14 minutos y de Rodrigo Mora a los 27, ambos en el segundo tiempo, el equipo de Gallardo le ganó 2 a 0 al conjunto paraguayo por la ida de las semifinales de la Libertadores.
River fue un equipo enérgico en los primeros 20 minutos del partido. Con decisión fue en busca del primer gol con sus volantes y defensores en una clara actitud ofensiva, con la presión en ataque, con Leonardo Ponzio adelantado en la línea de cinco, con Luis González por el centro para liberar la proyección de Leonel Vangioni y la dupla Carlos Sánchez-Gabriel Mercado por el sector derecho, que fue el predilecto para lastimar a Guaraní.
La situación más clara se dio a los diez minutos con un remate de cabeza de Lucas Alario, tras centro de Rodrigo Mora por derecha, y que los reflejos del arquero Alfredo Aguilar derivaron en un rebote que Sánchez no capitalizó.
River insistió con la presión, especialmente por la banda derecha ante los problemas de Luis Cabral en la marca, desbordado en número de atacantes por Mora, Sánchez y Mercado, pero a medida que transcurrieron los minutos ese desgaste le pasó factura en lo físico y perdió concentración.
Guaraní, el equipo del español Fernando Jubero que eliminó a Corinthians, de Brasil y Racing Club, se vio desbordado como nunca en la actual Copa Libertadores, aún con dos líneas de cuatro, pero cuando salió del asedio ante el freno de River, demostró cuán peligroso puede ser más allá que Federico Santander haya sido el único punta.
La última ocasión de peligro de River en la primera etapa fue el remate de Ponzio de media distancia (39min) en el momento más sufrido del conjunto de Gallardo, que sintió la presión de Guaraní con Santander y Julián Benítez y exigió la tarjeta amarilla a Jonatan Maidana, que lo condicionó en el resto del partido.
En el inicio del segundo tiempo, River recuperó la posesión de la pelota sin el vértigo del inicio del partido, con Gonzalo Martínez por ‘Lucho’ González, pero a medida que pasaron los minutos los nervios se apoderaron otra vez del equipo.
Hasta que apareció Mercado, el autor del gol de River que aprovechó el cabezazo de Alario, luego del tiro de esquina que ejecutó Martínez. La acción del ex Colón, que ganó en el salto a la defensa paraguaya, sirvió como pase a Mercado, que definió en soledad como si fuera un número nueve. Los delanteros no la meten, pero los defensas sí, teniendo en cuenta el golazo de tiro libre de Ramiro Funes Mori en el empate contra Temperley por el torneo local.
River logró vencer así a la férrea defensa de Guaraní, que no recibió goles en octavos y cuartos de final, y se infló de ánimo para ir por más. Con más empuje que fútbol, pero revitalizado.
Los ataques de River se focalizaron por la vía izquierda, esta vez con Vangioni y Martínez como protagonistas, y a través de ellos (25min) nació una de las mejores jugadas que derivó en el pase a Mora que tapó el arquero Aguilar.
El mejor momento de River se cristalizó con el golazo de Mora. El uruguayo enfiló en soledad hacia el arco paraguayo previo pase de Ponzio a Alario (de gran partido) que éste cedió con inteligencia para el ex Benfica de Portugal. Mora vio adelantado a Aguilar y cuando parecía que iba a sacar un remate fuerte decidió ‘pinchar’ el balón. El suspenso, con un roce en el travesaño, paralizó los corazones de más de 60 mil almas, pero la concreción desató la locura en las tribunas.
El equipo paraguayo sintió el impacto y River se afianzó en todas sus líneas, se hizo un equipo corto y solidario con Mora y Alario que auxiliaron al mediocampo, esta vez con un buen partido del ‘Pity’ Martínez. River se despojó de dudas y enamoró a sus hinchas. Es que el River copero tiene otro chip y así lo demostró en la cancha.
La única mala noticia de la noche fue la amonestación a Ponzio, por infracción al arquero cuando había quedado mano a mano, ya que no podrá jugar la próxima semana en Asunción.
Sin embargo, el hincha de River se retiró feliz, confiado y exultante. Le restan 90 minutos, en una posición favorable con goles a favor y ninguno en contra, para cristalizar el sueño de otra final continental en busca de la tercera Copa Libertadores.
Télam