Allá arriba, bien arriba, más allá aún de donde se juntan las paralelas, está el mangrullo… y arriba de este, se posó el carroñero, para ver más y más lejos con la Villa de Carlos Paz a sus pies… o mejor: a sus garras.
¿Cómo que las paralelas no se juntan?!?
René Descartes no conoció mi ciudad. De haberlo hecho, parado en la Sarmiento, justo en el Cucú alemán, habría comprobado que el Bv. Sarmiento es perpendicular a la José Higinio Porto (la calle donde está la Biblioteca homónima). Luego, yendo pa’ La Quinta, hubiera visto que el mismo bulevar del ilustre sanjuanino está a 90 grados con la 9 de Julio, allí donde está La Grimberg (y donde estaba Tramps). Ahora bien, trepá cualquiera de estas dos calles y verás que se encuentran allá arriba, pasando el Molino Rojo…
¿Me crees?!?
Y más allá aún, por una huella pavimentada que separa Becciú con La Quinta, está este singular atalaya, como el de nuestros fortines de la campaña del desierto.
Y allí, en su cúspide, se posó el ‘guaso’ para mi foto.
Click…click.
Les debo la vista de Carlitos Paz desde allí arriba. Mañana tal vez.
Eso sí, el pajarraco con esa pose me dió unas ganas tremendas de tomarme un Branca.
Nota correspondiente a la edición n° 598 del periódico La Jornada, del 30 de abril de 2024.