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Para Rusia, la OTAN ya es “participante directo” de la guerra en Ucrania

Fuente: Télam



Rusia acusó hoy al Ejército ucraniano de cometer crímenes de guerra por los presuntos bombardeos de ayer a dos hospitales en Lugansk y Jerson, y volvió a advertir a la OTAN por la “indiferencia” exhibida ante esos ataques pero también por proporcionar información de Inteligencia para la ejecución, lo que convierte a los países de la Alianza Atlántica, según Moscú, en participantes directos en el conflicto.

Rusia denunció ayer que al menos 14 personas murieron y otras 34 resultaron heridas en un ataque aéreo ucraniano sobre un hospital de Novoaidar, en la zona bajo control de Moscú de la región oriental de Lugansk.

El ataque, afirmó, fue mediante un sistema de lanzamiento múltiple de cohetes Himars suministrado por Estados Unidos.

Por ese motivo, el Kremlin acusó a Washington de estar directamente implicado en la guerra de Ucrania, igual que acusó a la OTAN tanto por la “falta de reacción exhibida” como por proporcionar “información de inteligencia por satélite” que sirvió de base a estos ataques.

No fue el único ataque que reportó Moscú: dijo también que ayer, en la ciudad de Nova Kajovja, en la región de Jersón, impactaron 17 cohetes, un tercio de los cuales dieron en la zona del hospital local, sin que hasta ahora se tenga constancia de víctimas.

“La indiferencia de Estados Unidos y otros países de la OTAN ante este pisoteo monstruoso del derecho Internacional humanitario por parte de Kiev confirma una vez más su implicación directa en el conflicto y en los crímenes que se están cometiendo”, aseguró el Ministerio de Exteriores de Rusia en un comunicado.

“Todos estos actos de anarquía criminal perpetrados por los grupos armados de Kiev, bajo los auspicios de Occidente, no quedarán impunes. Están cuidadosamente registrados. Los organizadores y perpetradores sufrirán un castigo inevitable”, avisó el Ministerio en el comunicado.

Las autoridades ucranianas no se pronunciaron sobre estas acusaciones, pero sí denunciaron numerosos ataques contra Jersón ciudad, la capital de la región homónima, que habrían dejado varios fallecidos y alcanzado un hospital.

La administración ucraniana de la ciudad informó que el primer bombardeo comenzó la pasada medianoche y alcanzó una empresa de servicios públicos.

Rusia, asegura la administración, lanzó desde entonces otros seis ataques, uno de los cuales alcanzó un hospital y causó heridas a una enfermera.

El balance provisional de víctimas por estos bombardeos, según Ucrania, era de un fallecido y dos heridos, contando a la trabajadora sanitaria.

Pero más tarde las autoridades locales hablaron de nuevos enfrentamientos en la región de Zaporiyia.

“La artillería enemiga impactó en zonas residenciales”, aseguró en un mensaje en las redes sociales la administración regional de Jerson, que informó de tres víctimas mortales y seis heridos, entre ellos una enfermera.

Según esta misma fuente, el bombardeo causó destrozos en un hospital, una escuela, una estación de autobuses, una oficina de correos, en una agencia bancaria y en viviendas.

Por otro lado, el responsable de la administración prorrusa de Zaporiyia, Evguéni Balitski, acusó al ejército ucraniano de “bombardear con lanzamisiles (estadounidenses) Himars un puente ferroviario que franquea el río Molochnaya”.

“Cuatro miembros de los agentes ferroviarios murieron y cinco resultaron heridos”, indicó.

También la agencia Sputnik dio la misma cifra de muertos por el ataque al puente de Melitopol.

En tanto, el canciller alemán, Olaf Scholz, afirmó seguirá intentando poner fin a la guerra en Ucrania a través de negociaciones directas con el presidente ruso, Vladimir Putin.

Fue durante una entrevista con la prensa local, publicada hoy, que Scholz está en Chile después de haber estado ayer en la Argentina.

“Volveré a hablar con Putin por teléfono, porque necesitamos hablar entre nosotros. Depende de Putin retirar las tropas de Ucrania y detener esta terrible guerra sin sentido que ya ha costado cientos de miles de vidas”, dijo Scholz y destacó que mientras Rusia continúe la guerra “con el nivel actual de agresión, la situación no cambiará”.

El canciller recordó entonces que las conversaciones telefónicas anteriores con Putin “no fueron de tono grosero”, aunque aceptó que el líder ruso insistió en que quiere “anexionar por la fuerza partes de su país vecino”, lo que es “inaceptable”.

Pero el Kremlin aclaró de inmediato que “no hay planes para conversaciones acordadas”, aunque dejó sentado que Putin “ha estado y sigue estando abierto a los contactos”, según explicó el vocero Dmitri Peskov, de acuerdo a la agencia RIA Novost.

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