La Jornada Web

Opciones para determinar la nueva fecha de fundación de Villa Carlos Paz

Por el Prof. Jorge Etchevarne


Sobre el cambio de la fecha fundacional de Villa Carlos Paz, y en relación a mi nota publicada una semana atrás, creo necesario volver sobre el asunto para proponer otras fechas que podrían considerarse en el desarrollo de un debate que nunca se dará.

Como ya dije -aunque es bueno reiterarlo-, para establecer la fecha de fundación de localidades que carecen de un documento que acredite ese acto formal, se ha recurrido a otros documentos o eventos en los que se reconozca la “intencionalidad fundacional” de la persona a la que se le atribuye el título de “fundador”.

En la provincia hay infinidad de localidades que llevan el nombre de quien las gestó, pero no recuerdo una que haya tomado su natalicio como fecha de fundación. No digo que no la haya, pero sería un caso rarísimo.

Lo usual ha sido considerar algún hecho significativo en el devenir histórico, que sea posible identificarse como el “punto de partida”. Muchas veces esto no es tarea fácil, y requiere de un trabajo exhaustivo de investigación.

Ante el desafío de establecer una fecha, los investigadores hemos unificado criterios de búsqueda, selección y análisis de las fuentes documentales disponibles, ajustándonos lo mejor posible al rigor historiográfico, necesario para realizar un trabajo serio.

En el caso de nuestra ciudad, cuando se consensuó la fecha fundacional se recurrió a documentos disponibles en esa ocasión y a un evento de gran significación popular, como es la fiesta patronal.

El resultado puede ser cuestionable, porque se llegó a él sin seguir la metodología de la investigación a la que me refería. Pero, como dije en mi nota anterior, lo hecho, hecho está.

En breve se cambiará el 16 de julio por el 4 de noviembre, solo para coincidir con el natalicio de Carlos Paz, con la justificación de rendirle homenaje, como si falta hiciese.

Llevan su nombre la ciudad, la primera escuela, hay una plazoleta con su busto (no una plaza central porque nos privó de ella), sus restos reposan en la iglesia (un privilegio reservado a pocos), muchas instituciones y empresas utilizan su nombre y, además, cuando se piensa en un lugar turístico, es recordado en todo el país.

Como se ve, rendirle homenaje, a esta altura, es innecesario y redundante. Lo cierto es que la medida de modificar la fecha carece de sustento histórico y hasta resulta antojadiza.

Pero más allá de mi crítica, me parece bueno acercar alguna propuesta alternativa, partiendo de la pregunta: ¿Cuándo surgió el pueblo de Carlos Paz?

Como he dicho en varias ocasiones, Carlos Paz nunca fundó el pueblo al que impuso su nombre. No lo hizo, simplemente, porque no quiso, no le convenía.

Sostener este argumento parece una herejía. Sin embargo, estudiando los hechos y, sobre todo, la documentación, no es difícil llegar a esta conclusión. Si Carlos Paz gestionaba ante el gobierno la fundación de su villa, se habría visto obligado a donar terrenos para plaza y edificios públicos, y, lo crucial para él, renunciar a la tutela de la comunidad que se iba conformando, otorgándole autonomía. Nada más alejado de sus intenciones.

Pero si no lo fundó, entonces ¿cuándo surgió el pueblo? Veamos la cronología de los acontecimientos y las alternativas que se nos presentan:

Entonces, cabe preguntarse: ¿Por qué disponiendo de estos antecedentes se insiste en cambiar la fecha de fundación por otra que no tiene que ver con la historia de la ciudad y se aleja del rigor histórico, desestimándose los documentos de 1903 y 1907?

Establecer el 4 de noviembre de 1913 como nueva fecha de fundación, solo por conveniencia, es violentar la rigurosidad histórica que siempre debe seguirse, y menospreciar el trabajo de quienes investigamos de verdad.

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