El histórico defensor falleció a los 77 años tras un mes de internación. Ídolo de Talleres y pieza clave en la consagración argentina de 1978, su muerte genera profundo pesar en el fútbol cordobés y nacional.
Luis Adolfo Galván, campeón del mundo con la Selección Argentina en 1978 y figura indiscutida de Talleres de Córdoba, falleció este lunes a los 77 años tras permanecer un mes internado por una afección renal que se complicó con una neumonía. Su deceso provoca una fuerte conmoción en el ambiente futbolístico local y nacional.
El “Maestro”, como lo apodaban, fue un referente histórico del club de barrio Jardín, donde disputó 503 partidos oficiales a lo largo de 17 temporadas, distribuidas entre 1970 y 1982, y luego en 1986 y 1987. Su compromiso, temperamento y liderazgo lo convirtieron en ídolo absoluto de la hinchada albiazul.
Galván había sido hospitalizado en la Clínica Reina Fabiola de Córdoba por una afección renal, pero su estado de salud se deterioró rápidamente al contraer un virus intrahospitalario que derivó en una neumonía. El sábado pasado, los hinchas de Talleres le rindieron un sentido homenaje durante el clásico frente a Instituto, desplegando una bandera con su rostro en una de las plateas del estadio Mario Alberto Kempes.
El club Talleres expresó su pesar a través de las redes sociales con un mensaje cargado de emoción:
“Hasta siempre, Luis. Con profundo dolor informamos el fallecimiento de Luis Adolfo Galván, símbolo eterno de nuestra institución y campeón del mundo con Argentina en 1978. Acompañamos a su familia y allegados en este momento tan difícil.”
Por su parte, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) también despidió al exdefensor con un comunicado firmado por su presidente, Claudio Tapia, en el que destacó su trayectoria y envió condolencias a sus seres queridos.
Nacido en la ciudad de Fernández, en Santiago del Estero, Galván llegó a Talleres en 1970 y rápidamente se ganó un lugar en la historia grande del club. Fue subcampeón del Torneo Nacional en 1977 y, un año más tarde, integró el plantel dirigido por César Luis Menotti que logró la primera Copa del Mundo para Argentina.
Además de su etapa en Talleres, Galván defendió las camisetas de Loma Negra de Olavarría, Belgrano de Córdoba, Central Norte de Salta y tuvo una breve experiencia internacional en Bolívar de Bolivia en 1985. En 1986 regresó al club de sus amores para retirarse del fútbol profesional al año siguiente.
A nivel internacional, formó parte del seleccionado argentino en los Mundiales de 1978 y 1982, consolidando su lugar en la historia grande del fútbol nacional con un desempeño sólido y sobrio en la zaga central.
Luis Galván deja un legado imborrable como futbolista y como símbolo de valores dentro y fuera de la cancha. Su muerte enluta al fútbol argentino, que despide a uno de sus campeones más queridos.
