En el marco del desarrollo del foro “La salud como proceso o mercancía – abordajes y desafíos de las practicas comunitarias”, integrantes de la Red de Vecinos por la Vida expusieron la problemática que afecta y moviliza a los vecinos del sur de Villa Carlos Paz a raíz de los trabajos que vienen emprendiendo EPEC (primero, construyendo una planta de alta tensión en una zona de reserva y al lado de viviendas y luego, con la extensión del tendido de media tensión de manera subterránea).
El principal temor de los vecinos reside en la hipótesis de que los campos electromagnéticos que producen los tendidos y alta y media tensión generan alteraciones biológicas capaces de ocasionar diversas patologías cancerígenas, siendo la población infantil la más vulnerable.
En la misma mesa de exposición se encontraba Alfredo Grande, psicoanalista y fundador de la cooperativa de salud Ático, y representantes de la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida, que llevó adelante la lucha contra la instalación de Monsanto en la localidad de Malvinas Argentinas.
Al finalizar las exposiciones, desde la Red de Vecinos por la Vida sumaron varias firmas de adhesión al proyecto de ordenanza que propone una regulación de los campos electromagnéticos en Villa Carlos Paz. Vale recordar que este proyecto fue entregado en mano al intendente Avilés en agosto de 2012, en el marco de la apertura de sesiones legislativas, y nunca recibió tratamiento parlamentario.
En el proyecto se propone que “en el Ejido Municipal de la ciudad de Villa Carlos los Campos Magnéticos de Frecuencias Extremadamente Bajas (CEM FEB) generados por tendidos de líneas eléctricas de todas las tensiones, aéreas o subterráneas, y las estaciones transformadoras de energía eléctrica de cualquier nivel de transformación, deberán ser inferiores a 0,3 microteslas (0,3 µT) medidos en la línea municipal (LM) de cada vivienda”.
“Hay países que ya adoptaron estas medidas: Italia, Suecia, Suiza, Australia, varios estados de los Estados Unidos. Adoptar medidas de no radiación supone por parte de las compañías eléctricas, un gasto muy grande. Pero ¿qué vale más que una vida?”, se preguntó Herrou.