Vecinos de Sierras Chicas piden que se empleen métodos más eficaces para prevenir sobre fuertes tormentas y la crecida de ríos.
Renovadas críticas se manifiestan tras las inundaciones y anegamientos ocurridos en la madrugada del pasado domingo en distintas ciudades del corredor de las Sierras Chicas.
En su mayoría apuntan a la falta de obras de infraestructura tan anheladas como prometidas tras las infaustas jornadas de febrero pasado. Desde puentes hasta nuevos vados, poco de lo augurado se cumplió desde entonces. (Ver: Unquillo: “Muchos de los arreglos estaban atados con alambre”)
Entre las carencias, los vecinos también indican las fallas en los promocionados sistemas de alarma, que deberían emitir alertas ante una súbita crecida de los ríos.
Aquel mismo domingo, habitantes de Mendiolaza y Villa Allende denunciaron que no recibieron mensaje alguno. En las últimas horas, el reclamo ha sido hecho colectivo por parte de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Sierras Chicas.
Según explicaron a Radio Universidad, el actual sistema posee falencias básicas, como su dependencia del sistema eléctrico y la necesidad de una activación manual.
“Es un sistema tradicional. Cuenta con un pluviómetro. Cuando el agua llega a un nivel, se activa una alarma. A partir de ahí se deben activar las sirenas, que son manuales, por lo que una persona debe ir tocando botones para que suenen. Además son sirenas eléctricas, por lo que no funcionan si se corta la luz. Es muy precario”, sintetizó Gabriela Cuevas, integrante de dicho colectivo.
La presencia de pluviómetros también es señalada como insuficiente por la asambleísta, pues no contempla las corrientes de agua que se forman en las calles.
“Los pluviómetros se encuentran en la zona de la cuenca alta del dique La Quebrada. Por eso, te da sólo uno de los factores de inundación, que es el agua que baja desde allí. Por ahora no es problema, porque el dique está bajo. El problema de la última inundación han sido las escorrentías, es decir el agua que baja de las calles. Eso se da porque se ha loteado en zonas altas, se ha desmontado, por lo que los suelos no contienen el agua. A esa medición los pluviómetros no la toman.
A entender de Cuevas, las nuevas tecnologías permiten desarrollar sistemas más eficaces.
“Hay sistemas más modernos, por lectura satelital, que nos da una anticipación de 72 horas. Permite ver un movimiento de tormentas”, añadió.
Además, destacó la necesidad de contar con un modelo hidrológico, que ya ha sido pedido a la Provincia. Eso permite medir las escorrentías según el agua caída.
“Dicen que lo están elaborando aún. Tuvimos casi un año para ir haciéndolo. Para nosotros ese será el problema central. El sábado se inundó gente que vive lejos del río. Eso fue producto del agua que baja de las calles. Debemos tener ese tipo de revisión. Este sábado las alarmas no sonaron porque la creciente no bajaba de la cuenca alta”, indicó.
Corredor
Para la vecina de Río Ceballos existe un concepto no del todo asimilado por las autoridades: lasSierras Chicas forman un corredor. Es decir, por las características del terreno, sus inclinaciones y declives que corren de norte a sur, una creciente en el máximo punto puede tener consecuencias a lo largo de varias localidades.
“Hasta el momento, cada intendente considera si se debe o no hacer sonar la sirena, lo cual es una locura, porque somos un corredor. El 15 de febrero pasado vimos que lo que pasó en Río Ceballos, que debería haber sido alertado para que los Vecinos de Villa Allende tuviesen tiempo de evacuar. Esto de que cada municipio funcione de manera independiente, no está bien. Debe haber una cabeza, que es Defensa Civil, encargada de evaluar el conjunto del corredor “, precisó.