La carne registró un aumento cercano al 7% en el cuarto mes del año, según un informe de la consultora LCG. Otros rubros como condimentos también mostraron fuertes subas, mientras que aceites y verduras registraron bajas.
Los precios de los alimentos acumulan una suba del 3,4% en abril, impulsados principalmente por el encarecimiento de la carne, de acuerdo con el último informe inflacionario de la consultora LCG, correspondiente a la cuarta semana del mes.
Según el relevamiento, los productos de la canasta básica tuvieron un incremento promedio del 3,4% en las últimas cuatro semanas, mientras que la variación punta a punta fue del 2,5%. La carne lideró los aumentos con un alza cercana al 7%, consolidándose como el principal motor de la inflación en alimentos durante abril.
Comportamiento de los distintos rubros
Al analizar las diferentes categorías de alimentos, el informe de LCG detalló que solo dos de las diez categorías relevadas registraron subas por encima del promedio general.
- Carnes: +6,9%
- Condimentos y otros productos alimenticios: +5,5%
- Lácteos y huevos: +3%
- Bebidas e infusiones: +2,6%
- Azúcar: +2,3%
- Pan, cereales y pastas: +1,9%
- Comidas listas para llevar: +1,9%
- Frutas: +1%
Por el contrario, algunos alimentos mostraron retrocesos en sus precios, destacándose:
- Aceites: -0,8%
- Verduras: -1,6%
Señales de estabilidad en la última semana
En la medición semanal, LCG destacó que no se registraron variaciones de precios en el promedio de las diez categorías relevadas. Además, seis de esos rubros presentaron retrocesos de hasta 2,8%, como ocurrió en el caso del azúcar.
Esta aparente estabilidad en los precios llega luego de semanas de tensiones entre supermercados y proveedores, tras la eliminación del cepo cambiario y los ajustes en el tipo de cambio oficial, que habían generado expectativas de fuertes aumentos.
Perspectivas para los próximos meses
La suba de la carne, combinada con otros incrementos en alimentos esenciales, mantiene en alerta a los consumidores y a los analistas económicos. Aunque el reciente freno en la variación semanal ofrece un indicio de desaceleración, la volatilidad cambiaria y la dinámica de los costos internos seguirán siendo factores clave para la evolución de la inflación en alimentos en el corto plazo.