Su referencia a la “deuda hacia las minorías en la región”; el llamado a los movimientos sociales a “no achicarse” y la convocatoria a la “hospitalidad”, fueron parte de lo más destacado de la histórica visita papal.
El Papa culminó hoy su visita de una semana a Ecuador, Bolivia y Paraguay, donde ante multitudes habló de la “deuda” hacia las minorías en la región; instó a los movimientos sociales a “no achicarse frente a un sistema que impone las ganancias a cualquier costo” y al clero a “no caer en el Alzheimer espiritual”; destacó a la familia como “el hospital más cercano” y llamó a la “hospitalidad” como primer rasgo católico.
En uno de sus primeros mensajes, en Bolivia, Francisco pidió “perdón” por los crímenes de la Iglesia contra los originarios durante la conquista de América, a lo que contrapuso los “millares” de religiosos que “se opusieron a la lógica de la espada con la fuerza de la Cruz” y agregó: “Recuerden a todos”.
Jorge Bergoglio señaló las “raíces comunes” de los problemas en Sudamérica y sostuvo que “el futuro de la humanidad está en las manos de los más humildes, en su capacidad de organización y en la búsqueda colectiva de las tres T: Tierra, Techo y Trabajo”.
En su segunda visita a la región -tras la de 2013 a Brasil, por la Jornada Mundial de la Juventud-, el Papa ofició cinco misas a cielo abierto antes millones de fieles; visitó un hospital de niños, un hogar de ancianos y una cárcel de mujeres; dio directivas al clero, alentó a la sociedad civil y a los jóvenes a sostener ideales y luchar por ellos y remarcó la importancia de la familia.
El pontífice había partido de Roma el domingo 5 a la mañana y ese mismo día llegó a Quito -donde dijo que “las minorías son una deuda de América Latina”- iniciando una agenda sin pausas, de la mañana a la noche y más allá de la altitud y el calor en las zona que visitó.
El lunes a la mañana voló a Guayaquil, visitó el Santuario de la Divina Misericordia y ofició en el Parque de los Samanes la primera misa campal, dedicada a la familia: “es el hospital más cercano, la primera escuela de los niños, el grupo de referencia imprescindible para los jóvenes, el mejor asilo para los ancianos” y una “gran ´riqueza social´ que otras instituciones no pueden sustituir”, afirmó.
Después almorzó con la comunidad jesuita y regresó a Quito, donde al anochecer visitó al presidente Rafael Correa en el Palacio de Carondelet y cruzó con él a pie hasta la Catedral de Quito, saludando a los fieles que lo aguardaban en el camino.
El martes a la mañana mantuvo un encuentro con los obispos en el Centro de Convenciones del Parque del Bicentenario, donde celebró otra misa ante multitudes, y a la tarde con entidades de la sociedad civil en la iglesia de San Francisco. Después realizó una visita privada a la Iglesia de la Compañía.
Su último día en Ecuador comenzó el miércoles con una visita al hogar para ancianos de las Misioneras de la Caridad y luego hubo un encuentro con el clero y seminaristas en el Santuario del Quinche.
Al mediodía Francisco viajó a La Paz, a las 18 hora local (una menos en Argentina) saludó el presidente Evo Morales en el Palacio del Gobierno, luego mantuvo un encuentro con autoridades civiles en la Catedral de La Paz y a las 20 partió hacia Santa Cruz de la Sierra, a la que arribó poco más de una hora más tarde.
La jornada del jueves abrió con una misa campal en la la plaza de Cristo Redentor, luego se reunió con sacerdotes y seminaristas en el colegio Don Bosco y a la tarde cerró el segundo encuentro mundial de los Movimientos Populares.
“Queremos un cambio real, un cambio de estructuras, este sistema que busca las ganancias a cualquier costo y que llamo ‘el estiércol del Diablo’, ya no se aguanta, no lo aguanta ni los trabajadores ni los campesinos ni la hermana Madre Tierra”, sostuvo allí retomando luego conceptos de su encíclica Laudato Si.
El viernes temprano el Papa habló durante la entrega de dos condecoraciones a la Virgen de Copacabana, patrona de Bolivia; visitó el Centro de Rehabilitación y se reunió con los obispos en la iglesia de La Santa Cruz, cerrando su agenda en ese país del que partió a las 13 rumbo a Paraguay.
Tras la ceremonia de bienvenida en el aeropuerto de Asunción, Bergoglio hizo a las 18 (19 en Argentina) una visita de cortesía al presidente Horacio Cartes en el Palacio de López, en cuyos jardines se reunió poco más tarde con autoridades locales y el cuerpo diplomático.
La primera actividad del sábado fue una visita al hospital pediátrico “Niños de Acosta N?u”, a la que siguió la misa en la explanada del Santuario de Caacupé, declarado basílica durante la visita de Francisco.
A la tarde mantuvo un encuentro con representantes de la sociedad civil en el estadio León Condou del colegio San José y luego, pasadas las 18, celebró las vísperas con obispos, religiosos y movimientos católicos en la Catedral Metropolitana de Asunción.
Hoy el papa comenzó la jornada con una visita a la población del Bañado Norte y ante una multitud reunida en el campo grande de Ñu Guasú dio la última misa a cielo abierto de esta gira y en la que estuvo la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien le entregó un presente.
A las 13 se reunió y almorzó con los obispos en la Nunciatura y a las 17:30 dio su mensaje a los jóvenes que colmaron la costanera de Asunción, les pidió tener “esperanza y fortaleza” y los invitó nuevamente a que “hagan lío”, pero que después “ayuden a arreglarlos”.
Cristina saludó al Papa tras la misa en Paraguay
El regalo consiste en recortes de diarios de época con el rezo del nuncio en Francia y futuro papa Juan XXIII por la salud de la esposa de Juan Domingo Perón.
Al finalizar la misa, Cristina, que estaba sentada en primera fila, subió a las escalinatas que llevaban al altar e intercambió saludos con Francisco.
La Presidenta siguió la misa, que se extendió por una hora media, sentada junto al presidente de Paraguay, Horacio Cartes, y protegiéndose por momentos del intenso calor con un pequeño abanico negro.
Cristina Fernández de Kirchner arribó a Ñu Guasú media hora antes de la llegada del Papa y se ubicó en la primera fila del sector protocolar preparado para autoridades, junto al secretario general de la Presidencia, Eduardo ‘Wado’ De Pedro, que lo hizo una fila más atrás.
La Presidenta se mostró visiblemente emocionada tanto al ingreso como a la salida del campo de Ñu Guasu donde fue ovacionada por miles de argentinos y paraguayos que les manifestaban sus reconocimientos.
Durante la salida, y a pesar del fuerte cordón de seguridad argentino-paraguayo, la Presidenta se detuvo en más de diez oportunidades para sacarse fotos -algunas selfies- con quienes se lo pedían a su paso.
Incluso, dos de esas paradas las realizó ante dos jóvenes en sillas de ruedas, que habían logrado llegar hasta la primera fila de personas ubicada detrás de los cordones de seguridad, más allá de lo dificultoso de la accesibilidad al lugar.
Además de los saludos de los argentinos residentes en Asunción, los paraguayos -en su mayoría jóvenes- la llamaban ‘Presidenta’ o ‘Cristina’, con marcado acento guaraní y en manifestaciones de afecto que llegaban a evidenciar que la sentían ‘como propia’.
La presidenta, y el resto de la comitiva, integrada por el vicecanciller Eduardo Zuain, el secretario de Culto, Guillermo Olivieri, el embajador ante la Santa Sede, Eduardo Valdés, y el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro, llegó anoche a Asunción y se hospedó en un hotel ubicado a sólo dos kilómetros del predio de la Fuerza Aérea donde se desarrolló la misa.
Una hora después de finalizada la misa, la Presidenta se dirigió al Aeropuerto Internacional de Asunción donde abordó el Tango 01 y emprendió el retorno a nuestro país.
El de hoy fue el sexto encuentro entre Cristina y el Papa, desde que Francisco asumiera tal condición, a mediados de marzo de 2013; y el segundo fuera del Vaticano, teniendo en cuenta que una de las reuniones fue en Río de Janeiro.
El primer encuentro entre Cristina y el Papa se realizó en el Vaticano en marzo de 2013 cuando asumió Francisco, el segundo en Brasil en julio del mismo año y el marco de la Jornada Mundial de la Juventud y el tercero fue un almuerzo en la Santa Sede en marzo de 2014.
El cuarto encuentro también se realizó en el Vaticano, en setiembre de 2014, en tanto que la última reunión fue hace poco más de un mes en el mismo lugar.
En lo que resta de su mandato, la Presidenta podría volver a reunirse una o dos veces con Francisco, en el marco de la gira que el Papa realizará por Cuba y Estados Unidos entre el 19 y 22 de septiembre y a las que Cristina ya fue invitada.
Télam