Por Francisco “Pancho” Ciarez
El entrenador de boxeo Horacio Bustos luego de estar varios meses con problemas de salud falleció a las 6 de la mañana de este domingo. Dejó dos campeones mundiales (Laciar y Figueroa) y un puñado importante de boxeadores que aprendieron en el Club Sarmiento.
El amanecer del domingo trajo una noticia que conmocionó a todo el pueblo del boxeo y el deporte de Villa Carlos Paz. El Club Sarmiento extrañará los pasos de Horacio Bustos. El entrañable entrenador fue el oráculo de la institución del Barrio Obrero, entrenando y enseñando sus dotes técnicas a los diferentes púgiles que desfilaron por el Sarmiento.
Bustos nació en San Andrés de Giles. Es un exboxeador que debutó a los 14 años como amateur y en el campo rentado a los 24 años. En total acumuló más de cien peleas. Vino desde Buenos Aires en 1967, estuvo 3 años en Huinca Renancó, donde comenzó a entrenar a Santos Laciar. Con “Falucho” consiguió el título del mundo el 28 de marzo de 1981 en Soweto (Sudáfrica). Además de Laciar, fue entrenador de Marcelo Figueroa, con quien también consiguió el título mundial el 18 de mayo 1991 en Moscú (Rusia), ante el local Andrey Oreshkin. Entre otros pergaminos fue quien llevó a Jorge Dáscola y Córdova a consagrarse campeones nacionales amateurs.
Bustos llegó a Carlos Paz y no se pudo despegar más de la ciudad, llevándolo a vivir hasta el último día en la ciudad. Tanguero de ley, peluquero de arrabales y toda una vida dedicada al boxeo, eso era Bustos, que fue muy importante en el boxeo nacional y eso le permitió que la gente del mundillo del cuadrilátero hablará de él con respeto y admiración.
El Club Sarmiento llora su partida, aunque quedará presente en cada entrenamiento que se haga en el gimnasio que sin discusión lleva su nombre. El carlospacense por adopción ha dejado una huella imborrable en el ambiente deportivo de la ciudad.