El año pasado concluyó en Chile con los comicios para el recambio de autoridades políticas, que finalmente se producirá en marzo próximo.
En ese marco, desde el gobierno central hasta la propia presidenta Michelle Bachelet, vía redes sociales, repudiaron lo que finalmente fue una confesión de parte del Banco Mundial: en 2017 se manipularon los datos del Ránking de la Competitividad, perjudicando con los números a la actual gestión.
De esta acción se desprende la búsqueda de “beneficiar” al candidato de la derecha, Sebastián Piñera, quien finalmente se terminó imponiendo en los comicios pasados,vía balotaje.
Concretamente, en declaraciones públicas lo confirmó el economista Paul Romer, integrante de la institución financiera internacional, solicitando “disculpas” y admitiendo “motivaciones políticas” en la falsificación de datos en la presidencia de Bachelet, que podrían haber perjudicado la imagen del candidato oficialista, Alejandro Guillier..
Intentando lavar culpas, la manipulación la habría realizado su colega Augusto López-Claro.
El Gobierno respondió con una misiva en la que consideró los hechos de “una inmoralidad pocas veces vista”.
Desde ahora, “el Banco Mundial está comenzando la corrección de los informes pasados, y publicándolos nuevamente, de manera correcta”.
Cba24n