Está acusado de recibir sobornos y lavar dinero en Suiza. Fue el encargado de acusar a la expresidenta, Dilma Rousseff.
Aparentemente las acusaciones son suficientemente contundentes contra Cunha, quien ya en momento de elevar la acusación contra Rousseff era cuestionado severamente por sus pares y la oposición debido a los rumores que lo vinculaban con irregularidades escandalosas.
No obstante, Cunha cumplió con su papel de acusador que dejó en una posición complicada a la exmagistrada, quien posteriormente fue destituida por el Senado de Brasil.
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