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Palabras y silencios: el debate público como herramienta de fortalecimiento democrático

Por Evelina Ramírez

En estos últimos días, un conjunto de instituciones de la sociedad civil local ha promovido diversas instancias de presentación de propuestas por parte de los candidatos a intendente con el objetivo de poder conocer qué se proponen hacer los mismos en caso de ser elegidos. Primero fue la Unión de Centros Vecinales, al que le siguió la invitación hecha por la Asociación Hotelera (en este caso, cada candidato expuso su propuesta en un horario determinado, para evitar cruces entre ellos). Por último, se realizó la tradicional “Palabra de candidato” organizada por la Coopi, el pasado jueves.

Sin embargo, en ninguno de los casos se logró que todos los postulantes asistan. En las tres oportunidades no asistieron los candidatos Daniel Cuello (MST) y el actual intendente Esteban Avilés (CPU), mientras que Víctor Curvino (UPD) sólo concurrió al evento organizado por la entidad hotelera.

En el caso de Cuello, su ausencia se justificó a partir de que trabaja como mozo y que es además cocinero en un hogar de la tercera edad, mientras que Curvino argumentó su no concurrencia en razón de no asistir el actual intendente y candidato Avilés. En cuanto a Avilés, según publica el semanario Bamba, el intendente se negó a participar de estos encuentros alegando que “los candidatos debieron escuchar a vecinos e instituciones en el Plan de la Villa 2020».

Todo espacio donde el candidato pueda interactuar con sus electores contribuye enormemente a fortalecer el régimen democrático en el que vivimos, ya que permite un contacto directo, no mediado, en donde el vecino puede escuchar qué proyecto quieren llevar adelante los partidos, despejar sus dudas y obtener de los candidatos definiciones precisas sobre los principales problemas que lo afectan. Lamentablemente, no todos los candidatos lo ven así. Pero es ahí, frente a las urnas, donde el electorado tiene la posibilidad de sancionar esa conducta, de castigar a quien se niega a participar de una instancia de intercambio que sirve para enriquecer, mejorar y fortalecer nuestra calidad institucional.

Como sostienen los politólogos Antonio Garrido Rubia y Javier Sierra Rodríguez en un ensayo publicado en el año 2013, este tipo de encuentros entre los candidatos y los votantes, “constituyen una oportunidad para ver a los candidatos sin tanta edición en su propia imagen, en un formato más real y frente a situaciones de presión por parte de sus oponentes, del público o de los moderadores. Por eso constituyen eventos muy significativos en una campaña electoral, porque ofrecen la oportunidad de ver a los principales candidatos cara a cara discutiendo sobre los mismos tópicos”.

Sin embargo, este compromiso ciudadano ha sido menospreciado por algunos candidatos. Una vez más, pareciera que ha vuelto a prevalecer en ciertos casos la siempre polémica opción del oportunismo electoral y su regla de oro: aquélla que expresa que los candidatos que supuestamente lideran intención de voto tienen mucho que perder ante estos debates públicos, mientras que los que van rezagados se hallan en condiciones de tener mucho que ganar. De allí que, como suele suceder en estas situaciones, no creemos que esté muy alejado de la realidad el hecho de que los debates han preferido evitarse por parte de algunos de los que no han concurrido apoyándose en este tipo de lógica política.

Por desgracia, en nuestra cultura política las “sillas vacías” dejaron de ser un símbolo de desprestigio para cualquier candidato, y terminaron por naturalizarse como una especie del folclore de nuestra vida electoral. Incluso, se ha llegado hasta el punto de que algunos piensan que se trata de un valor, de un rasgo positivo que identifica al buen político con la astucia de no exponerse al debate público con otros contendientes, cuando en realidad lo que deja entrever es la falta de confianza en las propias convicciones y la capacidad de convencer a quien tiene la potestad soberana de delegar en él su representación.

De allí que el político “huidizo” o poco afecto a someterse a la interpelación de sus vecinos  prefiera apelar, generalmente, al efecto siempre simplista y efectivo de una comunicación controlada, lo suficientemente distante y ambigua para tratar de captar la mayor cantidad de voluntades posibles sin correr los riesgos propios de decir lo que en realidad quiere y pretende hacer una vez que sea elegido y asuma la función correspondiente. Esta última estrategia se muestra tremendamente efectiva en el marco de una campaña electoral donde, una vez más, las grandes estructuras partidarias despliegan una ocupación mayoritaria del espacio público comunicacional en base a su poderío económico.

De esta manera, ante la constitución de un espacio de difusión electoral fuertemente jerarquizado y desigual, dichas estructuras buscan asegurar una transferencia acrítica y masiva de la soberanía popular basadas, sobre todo, en campañas publicitarias donde únicamente aparece la imagen del candidato acompañada de un eslogan lo suficiente ambiguo para que cualquier elector, sea del sector social que sea, se sienta identificado. La “vieja política”, la de los noventa, la de cualquier período que apueste a diluir todo compromiso con el electorado, nos ha vuelto otra vez a mostrar su peor cara.

Estas actitudes de indiferencia frente a la posibilidad de interpelación pública en sistemas políticos donde el poder ciudadano conserva y pone en acción mecanismos de control y limitación a las ambiciones desmedidas y escasamente apegadas a los valores democráticos y republicanos tienen una elevada consideración negativa en el electorado, quien procede a castigar con el voto a quienes eludan el compromiso ético que representa informarle al ciudadano qué pretende hacer con el poder que se le transfiere y defender dicho proyecto de manera sólida y argumentada frente a las propuestas de otros candidatos.

“Desde que en 1984 Ronald Reagan, siendo presidente y disfrutando de una gran ventaja en las encuestas sobre el aspirante Walter Mondale, consintió en celebrar un debate con él, la típica excusa de los titulares del cargo -y favoritos – para no presentarse se ha volatilizado. Ahora todo el mundo, votantes y medios de comunicación, espera ver a los candidatos discutiendo, tanto si se presentan para presidente como para concejal de su pueblo. El que no lo hace, inmediatamente se convierte en sospechoso y se le ataca. Así pues, los candidatos que creen contar con buenas razones para no ir a un debate deberían sopesar cuidadosamente tanto las consecuencias de no ir como las de ir”, escribió Ron Faucheaux.

 

Sobre la obligatoriedad del debate

Está claro que las consecuencias de la ausencia a estas instancias de debate, han cambiado y mucho en los últimos años. Es por ello que la posibilidad de ir hacia la sanción de una normativa que obligue a los candidatos a participar de estas instancias se hace cada vez más fuerte. A nivel nacional, quien ha planteado tal posibilidad ha sido el jefe de Gabinete y candidato a la gobernación de Buenos Aires por el Frente para la Victoria, Aníbal Fernández, se pronunció a favor de los debates públicos presidenciales y consideró que deberían ser obligatorios antes de los comicios nacionales.

Según publica el portal Ambito.com, Fernández afirmó que electorado debiera conocer las principales propuestas de los candidatos quienes, “muchas veces no tienen una propuesta política cierta”.

En declaraciones periodísticas, el funcionario se pronunció a favor de impulsar una ley para determinar la obligatoriedad de ese tipo de debates, aunque aclaró que en ese caso recién comenzaría a regir para los comicios de 2019.

Además consideró necesaria una ley nacional que permita un debate general previo a las elecciones de “todos los candidatos para que cuenten sus propuestas; y así que cada uno, con mayor o menor capacidad oratoria, pueda contarle a la sociedad lo que quiere hacer en cada uno de los temas”. “Creo que para las próximas elecciones se puede trabajar, debiera ser obligatorio tener que expresarse en estos sentidos”.

A nivel provincial, quien ha hecho una férrea defensa de la necesidad de contar con estos espacios de interacción entre candidatos ha sido la legisladora Liliana Montero (que esta semana estuvo en Villa Carlos Paz apoyando la candidatura de Avilés, que –paradójicamente y no tanto- no ha asistido a ninguna de las convocatorias realizadas por instituciones intermedias).

En el debate parlamentario que se dio en la Unicameral el pasado miércoles 10 de junio, la legisladora intentó –junto a otras fuerzas políticas, entre las cuales está el socialismo representado por el candidato a gobernador Roberto Birri- que se tratara sobre tablas un proyecto de ley para sancionar la obligatoriedad del debate entre candidatos.

En esa oportunidad, Montero expresó: “Hay que acabar con la hipocresía. En este recinto no puede haber una mayoría absoluta de los votos que le responden al gobernador José Manuel De la Sota, que grita hacia arriba la necesidad del debate de los candidatos a presidente, que también apoyamos y sostenemos, y que no es capaz de habilitar a sus propios legisladores y a su candidato  gobernador a que inicie y sea parte de un debate que le dará a la democracia mayor calidad”.

El proyecto no contó con los avales suficientes y – a nivel provincial- tampoco se podrá escuchar el debate entre los candidatos.

Frente a esta cultura política que niega lo más esencial de la vida democrática, es decir, la exposición de los argumentos y la confrontación de ideas para obtener los suficientes consensos o apoyos mayoritarios para desplegar una actividad pública en nombre del “demos”, como ciudadanos portadores de la soberanía no debemos naturalizar y aceptar este tipo de comportamientos que terminan, en definitiva, por contribuir a vaciar de sentido nuestra Democracia.

 

Charla con los candidatos: Avilés también ‘plantó’ a la Hotelera

La comisión directiva de la Asociación Hotelera y Gastronómica de Villa Carlos Paz se reunió en la tarde del miércoles con seis de los ocho candidatos a intendente que participarán del acto eleccionario del 28 de junio.

Sólo el actual mandatario, Esteban Avilés, y Daniel Cuello del MST-Nueva Izquierda no se hicieron presentes. El resto pasó por la sede de la entidad de calle Saavedra para escuchar y ser escuchado en cuanto a las propuestas que pretende implementar en caso de ser gobierno.

Guillermo López Novoa, presidente de Ashoga, evaluó que la convocatoria fue buena, aunque advirtió que “los resultados los vamos a ver cuando las personas que ganen estas elecciones empiecen a cumplir con lo que se comprometieron en nuestra mesa”.

“Nuestras expectativas siempre son buenas, siempre confiamos en el dialogo, creemos  que es el camino que nos lleva adelante a todos”, dijo.

Uno de los temas abordados con los candidatos fue el vinculado a los alquileres irregulares. “Para nosotros es una moneda corriente, pero cada vez se acrecienta más. Tenemos prevista una charla con la Cámara de Turismo local para avanzar sobre esta cuestión. Internet mueve prácticamente el 80% de los alquileres informales en Carlos Paz”, sostuvo.

Y agregó: “es un tema que genera mucha preocupación. A cada uno de los candidatos se lo planteamos y también dimos algunas alternativas”.

Durante la charla con los postulantes, que se realizó de manera individual, se abordaron además temas relacionados a la vida diaria de la ciudad.

“Hablamos de seguridad, salud pública,  infraestructura, todos estos temas inherentes a la vida cotidiana de cada uno”, reseñó.

 

Obras y servicios públicos, ejes de la charla con los candidatos en la Coopi

Con la presencia de cinco de los ocho candidatos a intendente de Villa Carlos Paz se llevó a cabo este jueves el encuentro que habitualmente organiza  la Cooperativa Integral antes de cada elección, para poder conocer de primera mano las principales propuestas de los diferentes espacios políticos.

En este caso, la charla giró en torno a obras y servicios públicos, y planificación urbana y ambiental. El evento denominado “Palabra de Candidatos” se concretó en la sede central de la Coopi, que lució colmada para escuchar las propuestas de Mario Sansone (Participación y Cambio); Carlos Felpeto (Juntos por Carlos Paz UCR-PRO); Leonardo Mangoldt (Crecer por Carlos Paz); José Luis Sarquis (Frente por el Trabajo y la Dignidad); y Agustín Solowinski (Frente de Izquierda y de los Trabajadores).

Daniel Cuello (MST-Nueva Izquierda), se había escusado de asistir esgrimiendo razones laborales. Esteban Avilés (Carlos Paz Unido), en tanto, ni siquiera respondió. Y Víctor Curvino (Unión para el Desarrollo) había condicionado su presencia a la del actual intendente.

“Considero sumamente relevante que el vecino tenga una visión de todas las plataformas que compiten en democracia. Sin embargo, lamentablemente, la ausencia del candidato oficialista y actual intendente en instancias de debate anula la comparación de las propuestas que como las de Unión para el desarrollo son profundamente antagónicas al “modelo de gobierno” que erráticamente guía hoy el destino de la ciudad. Por esta razón no participaré de instancias de debate donde no esté presente el señor Esteban Avilés”, reza la carta entregada a las autoridades de la Coopi.

 

Nota correspondiente a la edición n° 372 del semanario La Jornada, del 21 de junio de 2015.

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