La ex presidenta encabezó un acto en Corrientes en apoyo al intendente Martín Ascúa y rechazó los ataques en su contra: “Si estoy acabada, ¿por qué no me dejan competir y me derrotan políticamente?”
La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner reapareció públicamente en un acto realizado este sábado en Paso de los Libres, Corrientes, donde respaldó la candidatura a gobernador del actual intendente Martín Ascúa. En un encendido discurso, lanzó fuertes críticas al gobierno de Javier Milei, denunció una campaña de persecución judicial y mediática, y reivindicó los logros de su gestión al frente del Ejecutivo nacional.
Durante su intervención, Kirchner vinculó el deterioro de las condiciones de vida actuales con el rumbo económico adoptado por el oficialismo. “Esto que contaba Tincho de los doce años, en los cuales 600 mil correntinos y correntinas tuvieron electricidad. Pero no sólo tenían electricidad, sino que la podían pagar y les sobraba para comer, cosa que ahora no pasa”, afirmó. Y agregó: “La gente vivía en un país mejor, no en Disney. Y era feliz. No nos van a borrar la memoria por más que quieran”.
En tono irónico, apuntó contra el discurso anticorrupción sostenido por los sectores que hoy integran el gobierno nacional: “Desde que están los honestos y transparentes la gente cada vez vive peor”.
La titular del Partido Justicialista también denunció una embestida judicial que se desató, según sus palabras, tras oficializar su precandidatura a legisladora bonaerense. “Salió el anuncio de mi candidatura y se desataron los demonios. Empezaron a pedir de todos lados que me metan presa. No hay que enojarse, hay que estar atentos”, advirtió. Y desafió: “Todo esto con editoriales que dicen que estoy acabada. Si estoy tan así, ¿por qué no me dejan competir y me derrotan políticamente? ¡Dale! ¡Mirá cómo tiemblo!”.
En un mensaje hacia el interior del peronismo, Kirchner sostuvo que “el poder económico hegemónico es muy inteligente. Mucho más que algunos dirigentes de nuestro propio espacio”, y pidió evitar proyectos personales: “Esto no está para genios ni salvadores, sino para gente que cree en lo colectivo”.
Durante otro tramo del discurso, recordó el atentado que sufrió en septiembre de 2022 y relacionó los ataques en su contra con una persecución estructural: “Me gatillaron en la cara, porque me quieren presa o muerta. No se dan cuenta que lo que nunca van a poder evitar es que vuelva el pueblo”.
Al referirse al tratamiento mediático de su situación judicial, sostuvo: “Se solazan en los programas de televisión: si se la van a llevar en un patrullero o si la van a exhibir acá o allá. En el fondo los que tienen miedo son ellos”.
En un encendido pasaje con tono social, criticó los recortes del Estado y la pérdida de derechos: “¿Cómo la gente se va a olvidar que necesitan remedios para los jubilados del Pami? ¿Cómo la gente se va a olvidar que tener un hijo discapacitado no puede ser una maldición de Dios? Energúmenos y bestias, que les dicen que el Estado no tiene la culpa”.
Cristina también cargó contra el presidente Javier Milei por su política económica: “Este proyecto político, que no tiene plan económico, es una remake de la tablita de Martínez de Hoz o la convertibilidad de Cavallo. Es como el yogurt, tiene vencimiento”. Y remarcó: “No se hace un país cerrando el CONICET, ni diciendo que si sos médico para qué estudiaste si sabés que ganan poco, ni cerrando el Garrahan”.
Antes de cerrar, hizo una mención al caso del niño desaparecido en Corrientes: “No está bueno vivir en una provincia donde se roban a un pibe”, y concluyó con un llamado a la unidad: “Nadie se salva solo, todos necesitamos del otro”.
El acto se realizó en el marco de la campaña electoral en la provincia, luego de que el Consejo Nacional del PJ respaldara formalmente la candidatura de Ascúa en una reunión presidida por la propia Fernández de Kirchner en la sede de la calle Matheu.
La reaparición de la ex mandataria se produce en un contexto de tensión política y judicial, mientras la Corte Suprema analiza la causa Vialidad, en la que la ex presidenta fue condenada en primera instancia a seis años de prisión. Además, sus palabras se inscriben en las negociaciones con el gobernador bonaerense Axel Kicillof por el armado electoral en la provincia de Buenos Aires.