El seleccionado “Charrúa” empató 1 a 1 con el equipo dirigido por Ramón Díaz, con goles de José María Giménez, en la celeste, y Lucas Barrios, en los guaraníes, ambos de cabeza.
Paraguay sacó mayor rédito del empate en un tanto registrado esta tarde frente a Uruguay, que deberá enfrentar ahora al líder del grupo A, el local Chile, en el último partido de la zona B para ambos, que también cerró la actividad en el estadio La Portada, de La Serena, ya que con ello se aseguró en principio clasificarse como segundo y así contar con mejores perspectivas de enfrentar a un rival menos encumbrado en la siguiente instancia.
Los dirigidos por Ramón Díaz cumplieron a pie juntillas lo anticipado por su entrenador en la víspera, cuando anunció que Paraguay iba a salir a buscar el triunfo para lograr el primer puesto en el grupo, y para lograrlo se adueñaron del balón desde el arranque mismo del juego.
El volante de San Lorenzo Néstor Ortigoza se hizo eje de su equipo y manejó los tiempos del juego a su antojo, como intentando revalidar aquella intención impuesta hasta hace cuatro años atrás por el propio Gerardo Martino.
Paraguay desarrolló una posesión de balón desconocida hasta ahora en esta Copa América, en la que pasó de ser absolutamente defensivo en el primer tiempo con Argentina hasta arriesgar en el ataque por ataque en el segundo período.
Y esto lo trasladó el “Pelado” al siguiente partido frente a Jamaica, donde una jugada fortuita le permitió a Edgar Benítez poner en ventaja a su equipo, y de allí en más Paraguay abarató las intenciones ofensivas y mantuvo la magra diferencia hasta el final.
Pero hay un dogma en el fútbol que dice que “avanzar no es lo mismo que atacar”, y eso se replicó sobre el césped de La Portada, ya que a pesar de su dominio, Paraguay no le generó situaciones de riesgo al arco defendido por Fernando Muslera.
En cambio Uruguay, aprovechando su fortaleza en el juego aéreo, aprovechó la única chance que tuvo en esa primera etapa y a los 28 minutos el zaguero central de Atlético Madrid, José María Giménez, aprovechó un tiro de esquina para poner a su equipo injustamente arriba en el marcador con un impecable cabezazo.
Los albirrojos parecieron sentir el impacto en los minutos siguientes y entonces Uruguay de sus mejores minutos del período inicial y se acercó con cierto sobre la valla defendida por el reaparecido Justo Villar.
Pero como para devolver injusticia con injusticia, cuando restaba un minuto para el final del primer tiempo y menos lo merecía, Paraguay llegó a la igualdad por la misma vía de su rival, un cabezazo de Lucas Barrios tras un tiro de esquina, lo que convirtió al argentino naturalizado en el máximo anotador de su equipo luego del empate postrero logrado ante Argentina.
El segundo tramo del cotejo se inició con las mismas características del primero, vale decir con Paraguay atacando y Uruguay parado atrás, aunque con una variantes que hizo preocupar a los de Ramón Díaz: el ingreso de Christian Stuani por Abel Hernández, lo que le generó mayores expectativas de contraataque a los dirigidos por el “Maestro” Oscar Tabárez.
Parecía que esto podía equilibrar las acciones a partir de mayores cuidados ejercidos por los “guaraníes” para no ser sorprendidos por una contra, pero apenas superado el cuarto de hora se produjo un hecho decisivo para las aspiraciones paraguayas: se fue lesionado en el muslo izquierdo Ortigoza y entonces la pelota se quedó sin dueño.
A partir de entonces Ramón Díaz empezó a hacer cuentas y advirtió que el empate no le sentaba tan mal a su equipo ni a su flamante gestión como seleccionador de Paraguay, ya que como mínimo le aseguraba el segundo puesto en la zona, pensando en un rival de menor cuantía para los cuartos de final.
Entonces apeló, aunque no tan desembozadamente como en el primer tiempo frente a Argentina, también porque Uruguay no es Argentina, a conservar un punto que lo dejó invicto al cabo de la primera fase ante rivales de esta envergadura, lo que le sirve tanto en lo futbolístico como en lo psicológico, por aquello de volver a ser lo que fueron hasta la pasada Copa América de 2011.
Y Uruguay no fue por supuesto el de aquella final en Argentina, ni mucho menos. Sin Luis Suárez está rengo en ataque y nunca encontró en esta fase de grupos a Edinson Cavani como un reemplazante a la altura de las necesidades del equipo. Por eso terminó detrás de este Paraguay en reconstrucción.
Télam