La Jornada Web

Bonos contribución para los bomberos: ¿ayuda verdadera o negocio para pocos?

Cuartel de Bomberos Carlos PazConocido es el conflicto judicial que mantiene el cuerpo activo del cuartel de bomberos voluntarios de Villa Carlos Paz con la comisión directiva, a cuyos integrantes denunciaron por el presunto manejo irregular de fondos de la institución.

En momentos en que no está muy claro cómo sigue esta causa en la justicia, se conocen datos sobre otros entramados económicos que, bajo el paraguas de la solidaridad y el apoyo de los bomberos, serían en realidad muy rentables negocios para terceros.

Es el caso de los bonos contribución. Llama la atención la escasa información oficial al respecto aun teniendo en cuenta que es, tal vez, la más antigua de las iniciativas recaudatorias que implementó la comisión directiva del cuartel de Bomberos Voluntarios de Villa Carlos Paz.

Hace unos 20 años, bajo la gestión de Aldo Avilés (padre del intendente) como presidente de la institución, se decidió crear un bono contribución (llamada rifa al principio) para recaudar fondos de manera mensual y permanente a favor del cuartel de bomberos.

La idea era cobrarle a toda persona, comercio o empresa que deseara colaborar un bono de distintos montos con el argumento de que lo recaudado fuera usado en su totalidad para cubrir los gastos de la institución.

En aquel momento se decidió ‘tercerizar’ esta iniciativa y se firmó un convenio con allegados muy desfavorable para los bomberos, ya que el porcentaje que quedaba para la institución era desproporcionadamente bajo con respecto a la recaudación total.

La concesión de este servicio fue otorgada por 20 años y en 2015, sin ningún tipo de llamado a licitación, pasó directamente a un familiar del titular original.

Durante todos estos años muchas veces se cuestionó el poco dinero que ingresaba a bomberos por este concepto. Inclusive se llegó a pedir que se revoque el contrato no sólo por la cuestión monetaria, si no porque los cobradores se vestían como bomberos y se hacían pasar por tales para incitar a la comunidad a pagar los bonos.

En este sentido, hacían uso de diferentes estrategias de dudosa ética como asegurar que lo recaudado se invertía en materiales y equipos que, en la realidad, al cuartel nunca llegaban. Otra de las técnicas de convencimiento refería a dejar entrever que, en caso de no colaborar, los bomberos no iban a dar prioridad al llamado de auxilio si sufría algún tipo de siniestro.

 

Propuesta rechazada

Según pudo conocer La Jornada, en 2013 una empresa que se dedica a la realización de rifas, cobro de bonos y afines oriunda de Villa María (contratada por los bomberos de aquella localidad por más de 10 años y por decenas de cuarteles de toda la provincia) le ofreció a la institución carlospacense hacerse cargo del mecanismo de recaudación solidario, ofreciéndole en primera instancia triplicar los ingresos actuales. La respuesta de la comisión directiva fue un no rotundo, sin ningún tipo de explicación.

Durante todo este tiempo, lo que se recauda en concepto de bonos contribución a costa de la colaboración de los vecinos que de buena fe creen que están ayudando a su cuartel de bomberos no llegaría en su totalidad a tal destino, sino que quedaría mayoritariamente en manos de intermediarios.

En la actualidad se calcula que entre hoteles, restaurantes, comercios en general, empresas y familias de vecinos, los bonos contribución recaudarían alrededor de 250 mil pesos mensuales. De este monto al cuartel solo llegarían efectivamente unos 20 mil pesos que se entregan a la comisión directiva, lo cual ni siquiera garantiza que sean usados para la institución en la medida que reclaman los bomberos.

Hoy, unos diez 10 ‘promotores’, algunos disfrazados de bomberos, recorren Villa Carlos Paz mes a mes recaudando en nombre de la institución.

Mucho se habló en todos estos años de bonos falsos, numeraciones duplicadas y talonarios vencidos… quizá sea hora de que la comisión directiva dé las explicaciones correspondientes. ¿O también tendrá que actuar la justicia?

 

Nota correspondiente a la edición n° 428 del semanario La Jornada, del 07 de agosto de 2016.

Exit mobile version