‘Sin adelantarme’ (Parque Nacional Quebrada del Condorito – Octubre de 2022)
La caminata por el santuario natural y silvestre que se ubica en el techo esponja de mi provincia amada, se había iniciado ‘con un primer paso’, como dice un refrán ¿árabe?, que arranca toda marcha y terminaba, siete horas después, en este arroyo.
Todos los dolores todos.
Cansancio mezclado con orgullo me llevaron a relajarme en las pijoteras y cristalinas aguas de un arroyito que supo ser más caudaloso. Y sí… ‘metí las patas en la fuente’.
Volviendo ya del balcón norte del Parque Nacional Quebrada del Condorito, atravesando la ‘Pampilla Pajosa’, la ‘Pampa del Hospital’ y otros sitios con nombres curiosos que el abrumador cansancio me hizo olvidar, solo me concentraba en las crueles e hirvientes agujas que las aguas heladas clavaban en mis maltrechos pies.
Las viejas botas piden cambio, pensaba entre brumas somnolientas mientras esperaba a mis ‘cumpas de ruta’, Kike Bolsi y Piti Bertorello, a los que me les había insolentemente adelantado.
¿Dije adelantado?!?
De pronto vi la señal.

¿O la soñé?!?
¿O es un espejismo provocado por el cansancio?!?
O quizás solo sea una advertencia para salmónidos de esos que aún quedan, alguna vez introducidos y difíciles de erradicar del Parque Nacional.
No lo sé.
¿Lo dejo ahí?!?
Nota correspondiente a la edición n° 582 del periódico La Jornada, del 26 de octubre de 2022.