El presidente recibió en la Casa Blanca a los reyes en su primer viaje oficial a Estados Unidos, y juntos hablaron de la importancia de la alianza bilateral y repasaron varios asuntos como la situación en Ucrania y la lucha contra el Estado Islámico (EI).
Además, Obama expresó a los monarcas su “compromiso” de apoyar a Holanda en la investigación del presunto derribo, en julio pasado, del vuelo MH17 de Malaysia Airlines, que se trasladaba desde Amsterdam a Kuala Lumpur.
Ese avión, cuyos pasajeros eran en su mayoría holandeses, fue derribado supuestamente por un misil tierra-aire en la región de Donetsk, en el este de Ucrania y controlada por separatistas, que han negado ser responsables del siniestro.
Por su parte, el rey Guillermo ofreció sus condolencias a los ciudadanos de Texas y Oklahoma afectados por las inundaciones en esos estados, al igual que al vicepresidente estadounidense, Joseph Biden, cuyo hijo mayor, Beau, murió este fin de semana a los 46 años a causa de un tumor cerebral.
El monarca dijo también que Estados Unidos y Holanda están unidos, “hombro con hombro”, en la lucha contra los yihadistas del EI.
La reina Máxima, con un vestido en blanco y negro y un pequeño sombrero negro, estuvo sentada a la izquierda de su marido y no hizo declaraciones.
Antes de su encuentro con Obama, los reyes visitaron a primera hora de la mañana el cementerio de Arlington, a las afueras de Washington, para depositar una ofrenda floral en la tumba al soldado desconocido.
La visita oficial de los monarcas a Estados Unidos, la primera desde que Guillermo llegó al trono, en abril de 2013, continuará mañana en Grand Rapids, en Michigan, el estado que alberga a la mayor comunidad holandesa del país.
El miércoles, en la última etapa de su viaje, el rey Guillermo y la reina Máxima participarán en Chicago, en Illinois, en una cena de negocios con 350 representantes de empresas holandesas y estadounidenses, a la que también prevé asistir el alcalde de esa ciudad, Rahm Emanuel.
Télam